Apenas tengo poco más de un mes en Panamá y, de hecho, hasta este momento aún no me he ganado mi primer dólar. Cada día que pasa veo, con estupor, como los ahorritos que trajimos van descendiendo pero, contrario a lo que muchos podrían pensar, eso no me ha desanimado. Todo lo contrario. Cada día que pasa me siento más optimista respecto a este país.
Importante: en octubre de 2015 mi esposa y yo nos fuimos de Panamá, ahora vivimos en Madrid, y, en este artículo explico las razones por las que – en este momento – no emigraría a Panamá, te invito a leerlo antes de tomar una decisión.
Probablemente el párrafo anterior suene como si yo estuviera loco. Es decir, ¿cómo alguien puede estar viendo las cosas positivamente en esa situación? Pues, la respuesta es simple, viéndolas de esa forma, con optimismo. Recordemos que todo es relativo y depende del cristal con que se mire. Lo último que uno puede hacer es encerrarse en su cuarto y ponerse a llorar. Como dicen por allí, hay que ser del tamaño de los retos; y el reto que mi esposa y yo nos pusimos fue venir para acá a estar mejor que en Venezuela, y hasta ahora lo hemos estado.
Entiendo también que muchos de mis lectores, quizás aquellos que tienen mucho más tiempo que yo en este país, pudieran tener sus argumentos para desmentir todas y cada una de las razones para mudarse a Panamá que publicaré aquí y hasta es posible que tengan razón pero, una vez más, reitero, cada caso es único y la manera en la que afrontes las cosas determinará el 99% de los resultados que obtengas.
Por eso, y de acuerdo a lo que he visto y vivido hasta ahora en este corto período de tiempo, les voy a enumerar diez razones que pueden resultarles atractivas para mudarse a Panamá.
1. Es un sistema capitalista, también conocido como economía de mercado.
Salvo ciertos detalles implementados por la administración del presidente Varela, como un control de precios de 22 productos de la cesta básica, Panamá se rige por una economía capitalista, que otorga igualdad de oportunidades a todos para que, en función de su esfuerzo, trabajo, ideas y proactividad puedan salir adelante, hacer dinero y vivir bien.
Aquí es muy fácil hacer negocios, es posible crear una empresa y tenerla operativa en pocos días y cualquier persona puede registrarla, incluso quienes están como turistas en el país. Pero OJO, para eso y para realizar tus trámites migratorios es requisito indispensable contratar los servicios de un abogado.
También es importante destacar la seguridad jurídica que existe en este país. Aquí no sucede eso de que el gobierno cambia las normas de un día para otro de acuerdo a como amanezcan de humor, sino que existe una institucionalidad que mantiene las reglas del juego claras para poder hacer negocios.
2. La economía está dolarizada.
La libertad y tranquilidad que le otorga al ciudadano el uso del dólar como moneda corriente es imposible de explicar hasta que lo estás viviendo. La maravilla de no estar pendiente de “la tasa de cambio” que ha traumatizado por generaciones a los venezolanos es algo sublime, eso sin contar con la facilidad que el uso de esta moneda otorga a la realización de transacciones financieras y comerciales a nivel internacional.
3. Cercanía con los Estados Unidos de América.
Si, ya sé. En Venezuela desde hace 15 años nos tienen el cerebro lavado con aquello de que EE.UU. es malo, malvado, malvadísimo, que es lo peor, lo más terrible; bueno, eso es pura paja. La relación tan estrecha que existe entre Panamá y los Estados Unidos de América ha ayudado a la administración pública nacional y local a crear estándares de calidad que son difíciles de encontrar en otros países tropicales, lo que permite que quienes viven aquí reciban productos y servicios de calidad, a veces a precios inferiores que en el “malvado” imperio.
Debo destacar que, quizás debido a esa cercanía con los EE.UU., la salud aquí no es gratuita. Mientras aún no tengas tu permiso de trabajo y cotices al seguro social (que funciona muy bien) es muy importante tener un seguro médico, ya que no existen casi hospitales gratuitos como en Venezuela o en otros países.
4. Seguridad.
Obviamente, ningún país es perfecto, en todos lados hay inseguridad, y a pesar de que según los que llevan más tiempo en Panamá, los índices de criminalidad han aumentado, la verdad es que comparado con Venezuela esto es un paraíso. Poder andar en la calle y sacar tu Smartphone de última generación para tomar una foto sin riesgo, es algo que no tiene precio. La verdad es que aquí yo me siento muchísimo más seguro y tranquilo que en Venezuela. Por cierto, tienen que ver las patrullas de la policía en Panamá, son idénticas a las de los Estados Unidos, me encantan jejejejejeje.
5. Casi no hay motorizados.
Es en serio. Aquí ves a muy pocas personas en moto, la razón principal es que en Ciudad de Panamá llueve muchísimo y con la alta variedad, ofertas y facilidades que hay para comprar carros ¿quién quiere una moto?, aquí es posible adquirir un automóvil dando una inicial bajísima y pagando apenas 150 dólares al mes por el crédito. Y, para los venezolanos, una ciudad que no esté infestada de motorizados es un paraíso.
6. Calidad de los servicios públicos.
En el tiempo que tengo acá en el apartamento, jamás se ha ido la luz, tampoco el agua, o el gas y no me he quedado sin internet más de 30 segundos por semana. Justamente de este último quería comentarles. El plan más bajo es de tres megas y puedes contratar hasta 15 megas (que es el que tengo yo), y déjenme decirles que un internet de esa velocidad y que de verdad funciona, o sea que tienes los 15 megas que contrataste; es una maravilla. Poder ver videos en YouTube o Netflix en HD sin que se peguen, hablar por Skype sin que se oiga mal o simplemente navegar, es una experiencia cuasi-religiosa.
7. Variedad y calidad de productos.
Mientras en Venezuela hay que comprar “lo que haya, cuando haya”, aquí ocurre un poco diferente. Uno va al supermercado y consigue todo lo que quiere, de la forma, tamaño, color y sabor que quiere, incluso hay cosas que ni pensabas que podían existir, aparte de eso, es impresionante la cantidad de alimentos que no son fabricados aquí sino importados de los EEUU, como la Ketchup Heinz o hamburguesas de salmón (sí, la carne de hamburguesas molida y con aliños, de esa congelada, pero en vez de ser de res, es de salmón de Alaska) o hasta productos que no podrías imaginar que son “Made In USA” como unas pizzas de pepperoni congeladas.
Para explicar un poco más esta parte voy a contar algo que le sucedió a mi esposa en estos días (cuando vea que lo publiqué, me va a matar). Fuimos al supermercado y ella tenía que comprar toallas sanitarias. Se paró frente al anaquel donde estaban y yo seguí adelante buscando otras cosas que teníamos que comprar. Como 20 minutos y cinco pasillos después, viendo que ella no aparecía, me di la vuelta para buscarla y la consigo en una suerte de estado catatónico con la mirada fija en el anaquel pero como viendo hacia el infinito, en el mismo lugar donde la dejé.
Cuando le pregunté qué ocurría me respondió: “Hay tantas marcas, modelos y tipos que no sé cuál elegir: con alitas, sin alitas, extra largas, extra cortas, normales, medianas, gruesas, delgadas, gruesas con alitas, gruesas sin alitas, gruesas largas con alitas, extra delgadas con alitas grandes, delgadas con alitas medianas, con malla, sin malla, anchas, estrechas”, y un montón de etcéteras que para ser sincero no entiendo bien que significan. Creo que si no la hubiese presionado para que eligiera una, aún estaría allí (por cierto, la de la foto no es mi esposa jajajajajaja).
Mención aparte merecen las frutas de aquí, sólo diré que son espectaculares, pero no me extenderé más porque realmente merecen un artículo completo exclusivo para ellas.
8. La educación.
A diferencia de la salud, aquí sí hay universidades públicas y los extranjeros pueden estudiar en ellas. Aparte de los papeles típicos como tener título y notas apostilladas, digamos que el requisito clave es aprobar el examen de admisión.
También existen universidades privadas que son de altísima calidad y los costos oscilan entre 200 y 300 dólares al mes en promedio, lo mismo aplica para los postgrados.
9. La gente.
El panameño suele ser una persona seria y reservada que, a primeras de cambio, podrías sentir, (equivocadamente) que está de mal humor o que le caes mal. Eso está totalmente alejado de la realidad. Simplemente es su forma de ser y, por qué no, quizás sea una de las razones de por qué su país es como es, pero luego que sorteas esa barrera y te ganas su confianza, ves que son gente muy cálida, amable y de buen humor. Recuerda, como siempre digo, el extraño eres tú, el que está en su país eres tú y el que debes adaptarte a Panamá eres tú y no al revés, por lo que, lo más importante es ir siempre con la humildad por delante y te aseguro que se te abrirán todas las puertas, o por lo menos la mayoría de ellas.
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Enrique Vásquez
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