Encerrados en casa, día 17: Cantando bajo la nieve - Enrique Vásquez

Encerrados en casa, día 17: Cantando bajo la nieve

Hoy estoy casi como el Gobierno de España, sentándome “in extremis” a escribir el post de este día 17 encerrados en casa. Y digo que es “in extremis”, porque son las ocho de la noche cuando comienzo a escribir. Es que, aunque parezca mentira, he tenido un día muy intenso.

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Pero antes de comenzar con mi aburrida historia, quiero, como todos los días; hacer el resumen de la jornada en el Reino de España en relación con esta situación que nos tiene acuartelados en nuestros hogares.

Ya hay más de 7.300 fallecidos por el virus. Un total de 812 de ellos en las últimas 24 horas, con más de 85.000 contagiados. Sin embargo, la tendencia sigue siendo a la baja en términos porcentuales, lo que, obviamente es una buena noticia.

Ya nos enteramos de que el estado de alarma fue endurecido, por lo que muchas otras personas tendrán que quedarse en casa, entre ellos los del sector construcción, que vaya que son muchos.

En otro orden de ideas, ya se está hablando de que esta situación se extenderá por lo menos hasta el 26 de abril (un día después de mi cumpleaños, casualmente). Aunque la verdad es que, en cualquier caso, tenía pensado quedarme a celebrarlo en casa, porque por un tiempo no estoy muy interesado en andar por la vida rodeándome de mucha gente, por si acaso.

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Hoy salí de nuevo. Sí ya sé que tengo que cuidarme, medio mundo me lo dijo cuando les pasé el vídeo de mi paseo. La verdad es que tuve que hacerlo ya que ayer me faltaron algunas cosas del supermercado y pensé que hoy, quizás, habría disponibilidad; pero la verdad, no fue tan así. También hay que tomar en cuenta que tengo un par de días sin lograr comprar por Amazon, por lo que me ha tocado ir a la calle en la búsqueda de alimentos y productos de limpieza.

Al final, por lo visto, la salida de hoy no fue tan mala. Debido al frío y al mal tiempo había muy poca gente en la calle, pero el clima terminó por darme una bonita sorpresa, porque comenzó a medio nevar y me encantó esa sensación. Creo que nunca en mi vida había estado en la calle en Madrid mientras nevaba. Así, algo que es muy estresante (salir a la calle en estos días), se volvió divertido, tanto que hasta me puse a cantar bajo la nieve. Creo que eso es lo es importante, aprender a ver las cosas maravillosas que tenemos a nuestro alrededor a cada momento.

El hecho es que una de las cosas que estaba buscando era harina PAN. Ustedes saben, la que usamos los venezolanos para hacer las arepas, que no es más que harina de maíz precocida. Pues fui a un Super Sol, a un Día, al Supercor y en ninguno había.

Por lo que me tocó comenzar a “zanquear” (buscar, rastrear) en las diferentes fruterías y tiendas del barrio, ya que Mercadona me queda muy lejos y con el frío que hacía no tenía ganas de caminar más. Me quedé sorprendió que, de las cinco que están alrededor de casa, sólo dos estaban abiertas.

En la primera de ellas había una marca rara que nunca había visto en mi vida y a 2,50 euros. ;e pareció cara para ser una marca desconocida y no la compré. Me sentí como en la Venezuela de 2016, en la que no había la marca que buscabas y sólo conseguías unas completamente desconocidas a precios exagerados.

Pero bien, seguí caminando. Pasé por una, dos, tres, todas cerradas. Al llegar a la cuarta, a la que nunca en mi vida había ido, resulta que estaba completamente surtida. Había harina PAN pero la de empaque naranja (que es de maíz amarillo), así que decidí comprarla (a 2,20 que es su precio normal). No es mi favorita, pero al menos había. Lo que haré será mezclarla con lo que me queda en casa de la blanca.

Ya en casa, pues, el protocolo de siempre: meter a lavar la ropa, ducharme, todo eso que hago cuando llego de la calle para minimizar la posibilidad de que algún polizón indeseado se cuele en nuestro hogar, y luego de eso decidí cumplir la promesa que le había hecho a María José de hacerle una torta (tarta) de zanahorias.

En este preciso instante está en el horno y creo que me tardé más de lo normal haciéndola porque grabé un vídeo de cómo la preparaba. Si sale bien y queda sabrosa publicaré dicho vídeo en mi IGTV (@EnriqueVasquez). De lo contrario, la única noticia que tendrán del mismo son estas letras. Ojalá quede sabrosa, o por lo menos que se vea bonita para la foto.

Así que, pues, llegamos a las ocho y me ha tocado a toda velocidad escribir el post de hoy, tal como el gobierno con el BOE de ayer, que vino publicándolo a las once de la noche. Un BOE que le alivió la vida a muchos venezolanos que viven aquí en España que aún continúan con sus negocios de restauración trabajando a domicilio, así como los chicos que trabajan en las plataformas de envío como Uber Eats, Glovo, entre otras.

Hoy nos enteramos de que el Gobierno prohibirá los desahucios a inquilinos durante seis meses y otorgará créditos al 0% de interés para pagar el alquiler. Al final, nada de dinero regalado ni de joder al propietario, me parece una forma bastante equilibrada de que nadie salga perjudicado, ni el arrendador, ni el arrendatario. Poco socialista, la verdad.

El hecho es que hoy ha sido un día frío y mañana también lo será. En realidad, hasta el viernes tendremos este clima invernal y se espera para esta madrugada que haya una nevada en toda la extensión de la palabra… ojalá esté despierto para poder verla, por alguna razón siempre me hace ilusión, quizás sea porque vivo en Madrid y no en Canadá o en Siberia.

Finalmente, toca recomendar la serie de hoy. Si son “old school” como yo, y quieren ver una serie “vintage”, les recomiendo en Amazon Prime Video “Married With Children” o como la llamaban en América Latina: “Casado con hijos”, de 1986, que te recordará como era el mundo en ese momento. Tiene cosas que actualmente serían imposibles de hacer en TV porque la cantidad de ofendiditos sería épica.

En fin, ya van 17 días y esto va para largo. Por ahora, a seguir en casa lo máximo posible, porque la situación está bastante chunga como dirían por estos lados.