Guía para saber cómo hacer para emigrar de Venezuela sin morir en el intento

Si ya sabes si quieres emigrar, por qué y para qué vas a hacerlo, la siguiente pregunta que saltará a tu mente es ¿cómo hago para emigrar? Especialmente en Venezuela, el “cómo” es una de las preguntas más difíciles de responder, porque la respuesta no siempre es la que quisiéramos tener.

El “cómo” tiene múltiples aristas que se deben tomar en cuenta para poder tener una emigración exitosa y va directamente relacionado con el “a dónde”, que ya previamente deberías haber determinado; porque dependiendo del sitio al que te vayas, la forma de hacerlo será muy diferente.

Obviamente, lo primero que necesitarás es la documentación y el boleto, que puede ser aéreo, marino o terrestre en función del sitio al que te vayas.

En el aspecto de documentación, el principal es el pasaporte y si tienes más de una nacionalidad, pues entonces, los pasaportes. Asegúrate de que tienen vigencia suficiente para que, cuando llegue el momento de tu viaje, no tengas problemas para salir del país o para entrar al otro al que vas.

Respecto al resto de la documentación, dependerá en gran medida de tu país de destino.

Ahora, entrando en materia, el CÓMO tiene tres vertientes principales:

1. Dinero

2. Forma

3. Sólo o con la familia

Dinero:

Esa es una de las partes más importante para el proceso migratorio. Quien te diga que no hace falta dinero para irse, te está mintiendo. El aspecto económico es clave para todo, desde comprar el pasaje para irte hasta sacar los papeles, comer, vestirte y sobrevivir los primeros meses mientras te estabilizas.

Desde mi punto de vista, necesitas tener el dinero suficiente para poder subsistir al menos seis meses sin que tengas ningún tipo de ingresos, obviamente no puedo decirte un monto específico porque eso depende del lugar al que te vas y de la forma cómo esperas vivir, ya que no es lo mismo los gastos en los que incurre una persona sola a lo que gastaría una familia de cuatro miembros, especialmente si algunos de ellos son niños.

Además de eso, debes tener presente que en muchos lugares, como por ejemplo Madrid, conseguir vivienda puede ser una tarea titánica y cuesta arriba si no tienes contrato laboral y al menos tres meses trabajando. Eso quiere decir que debes preparar dinero extra para, si emigras con la familia, estar por lo menos un mes en un hotel mientras consigues donde vivir.

También debes tomar en cuenta el costo del transporte público porque mientras estés buscando sitio para vivir tendrás que moverte por toda la ciudad una y otra vez viendo las diferentes opciones que consigas. Recuerda: jamás alquiles algo sin verlo previamente, a menos que el arrendador sea alguien de tu entera confianza.

Otros de los gastos que tienes que tomar en cuenta, al menos al principio, es el de esparcimiento. Si bien, todo el mundo dice que uno cuando emigra no debe malgastar dinero, la verdad es que los primeros días probablemente quieras pasear por la ciudad a la que has llegado y comerte o tomarte algunas cosas, así que incluye eso en el presupuesto de emigración.

También debes tener en consideración la ropa, porque si emigras de un país tropical a uno septentrional (con estaciones) es muy probable que necesites adaptar tu vestimenta al clima del momento, bien sea ropa más abrigada o más ligera ya que dependiendo del sitio, las temperaturas pueden ser muy extremas, de temperaturas bajo cero en invierno a más 40° en verano.

Por supuesto, incluye también un apartado para seguros y medicinas, porque es más común de lo que piensas que al llegar a un sitio nuevo, el cambio en el clima, en la comida o incluso en el agua afecte tu salud o a la de tu familia por lo que te tocará salir corriendo al médico y por supuesto a la farmacia, cosas que en casi ningún país del mundo son baratas.

Forma:

Cuando hablo de forma, me refiero al medio que utilizarás para emigrar, o sea, si lo harás en avión, en barco o por vía terrestre. También a dónde llegarás una vez hayas pisado la ciudad a la que decidiste emigrar, porque cada forma tiene sus propias características.

Es imprescindible que tengas todos los requisitos previos al viaje, especialmente si necesitas alguna vacuna, visado o permisos especiales para poder ir a ese país.

Por ejemplo, si vas a emigrar a los Estados Unidos, es muy distinto hacerlo con visa de turista que a través del programa de exención de visas para ciudadanos europeos. En el primer caso podrías cambiar tu estatus migratorio mientras que en el segundo no.

Si vas a viajar de Venezuela a Chile por tierra, planifica bien el trayecto porque hay varias rutas y cada una de ellas tiene sus pros y sus contras. Debes tener en cuenta los requisitos de entrada a cada país y qué cantidad de dinero debes llevar, así como vacunas, en caso de ser necesarias.

Lo mismo sucede en el caso de viajar a Europa, ¿entrarás como turista?, ¿con una segunda nacionalidad?, ¿hasta dónde es tu vuelo?, ¿te quedarás en esa ciudad o necesitas luego ir a otra?, ¿por avión, por bus o por tren?, ¿en el avión están incluidas las comidas o deberás pagarlas aparte?, ¿tendrás que pasar la noche en algún sitio?

Recuerda que muchas veces, mientras la escala es más larga, el gasto que harás será mayor, ya que necesitarás comer, beber o incluso pagar un hotel, así que en algunos casos te sale mejor pagar un poco más por el billete de avión o de tren que quedarte muchas horas esperando.

Son muchísimos los detalles que tienes que tomar en cuenta y la mayoría de ellos influyen en el gasto que tendrás que hacer y que pueden ser determinantes a la hora de que tengas o no éxito en tu proceso migratorio.

Emigrar sólo o con la familia:

Esto es súper importante y puede ser de gran importancia al momento de emigrar, ya que emigrar con la familia desde el primer día puede suponer un gasto muy alto; sin mencionar el aumento en los problemas que puede generarte esta situación.

Me explico, no se trata de irte y dejar a la familia por siempre en tu país, sino hacer el proceso migratorio en dos etapas, primero se va el cabeza de familia o el que puede ir abriendo camino a nivel legal para tener la residencia y luego el resto.

Sé que para muchas personas esto puede ser un shock, ya que el sólo pensar en separar la familia así sea por unos meses a las primeras de cambio podría sonar descabellado o imposible; pero al analizarlo mejor te darías cuenta que simplificaría mucho todo.

Si lo piensas en frío te darás cuenta que es mucho menos riesgoso el que se vaya una persona, porque así se le haría más fácil conseguir dónde vivir, ya que una habitación es más barata y tiene menos requisitos al momento de alquilar que un apartamento, el gasto en alimentar una sola boca es considerablemente menor que el de tres o cuatro, lo mismo sucede con el transporte público, la salud o hasta los “antojos” producidos por estar en un sitio nuevo.

El irse un miembro de la familia como punta de lanza a “abrir camino” le permite, en primera instancia rapidez y sencillez en los procesos de conseguir vivienda, comida e incluso empleo, con lo que el ahorro en dinero será sumamente importante y le permitirá tener más posibilidades de estabilizarse en el corto plazo, para así traerse al resto con más tranquilidad. Para la familia, no es lo mismo llegar a un hotel que a un apartamento.

Ten en cuenta que el “cómo” emigrar es tan complejo como el resto del proceso migratorio y que si no se toman en cuenta los diferentes elementos que lo componen podrías llevarte muchas sorpresas y sustos; porque esto va muchísimo más allá de simplemente comprar un pasaje, tomar un avión (o un bus) y llegar al sitio de destino.

La principal pregunta que debes hacerte al momento de realizar esta planificación es la que creo nos hacemos todos al momento de llegar al aeropuerto de destino, luego de pasar migración, recoger las maletas y salir a la calle: “Ya estoy aquí ¿y ahora qué hago?”. Esa pregunta debes tenerla respondida antes de hacértela, porque de que te la harás, te la harás.

Enrique Vásquez

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