En Panamá es posible conseguir casi cualquier producto de consumo masivo, en casi cualquier sitio. A menos que vivas muy apartado de la civilización, lo más seguro es que siempre haya cerca un “chino” en el que puedes adquirir prácticamente de todo, desde una botella de vino, ron o vodka, hasta una rebanada de queso tipo “facilistas” ¿las recuerdan?… ¿esas que son de queso americano y vienen envueltas individualmente en plástico?, bueno, esas mismas, aquí las hay en todos lados.
Adicional a eso puedes conseguir los alimentos frescos en algunos mercados que están dispuestos para ello, como el mercado de los mariscos, el mercado de las carnes y el mercado de abastos. En el primero consigues pescados y frutos del mar, en el segundo carnes de res, de cerdo y pollo y, en el último que mencioné, todo lo que busques en frutas y verduras a precios mucho más bajos que en los supermercados.
También es muy probable que, a una distancia no muy lejos de tu casa, haya un supermercado. En Panamá existen varias cadenas como Súper 99, El Rey, Riba Smith, El Machetazo, entre muchas otras que están completamente surtidas.
Sobre estos establecimientos es que quiero hablarles hoy. Aquí en Panamá los precios en las cadenas y en las franquicias varían dependiendo del sitio donde se encuentren. Por ejemplo, el centro de postres de McDonald’s ubicado en la puerta del supermercado El Rey en la Vía España vende los conos (conocidos en Venezuela como barquillas y en España como cucuruchos) a $0,90 cada uno, mientras que en el mismo producto tiene un precio de $1,25 o hasta $1,50 en los Malls de la ciudad.
Con respecto a los supermercados, y según me han dicho todas las personas a quienes he preguntado, ocurre lo mismo. En los que están en zonas populares los precios son más bajos que en aquellos ubicados en áreas clase media o clase alta pero, siendo sincero, no he hecho la comparación de manera formal, aunque prometo que la haré y les contaré por esta misma vía.
Por lo tanto, luego de tener ya 20 días acá en Panamá y aprovechando que está comenzando el mes, tomamos la decisión de realizar un solo mercado mensual con la intención de ahorrar lo más que se pueda. Así que, luego de investigar y averiguar, mi esposa y yo quedamos de acuerdo en que iríamos al Machetazo de Calidonia.
Nótese que Calidonia es algo así como el centro de la ciudad. Se trata de una zona bastante popular con muchísimas mueblerías de esas que en Venezuela llaman “de turcos”, gran cantidad de puestos en la calle en los que puedes conseguir cigarrillos, alguien que repara zapatos, frutas, verduras, tarjetas sim para el celular y pare usted de contar; igualmente hay variedad de almacenes de descuento con ropa a precios irrisorios y muchos (pero muchos) productos orientados a público con menos poder adquisitivo.
Digamos que esta es “la otra Panamá”, la que no aparece en postales ni en los anuncios turísticos; pero eso no quiere decir que sea fea o desagradable. Todo lo contrario. Esta parte de Panamá tiene un alma y un corazón diferente a aquella en la que están enclavados los rascacielos o los clubes nocturnos. Es aquella que nos recuerda nuestros orígenes latinos, nuestra esencia, nuestra cultura.
Casi frente a la parada en la que descendimos del Metrobus nos encontramos con un gigantesco cartel que decía “El Machetazo”, y entramos… ¡Vaya sorpresa! Resulta que lo que yo creía que era simplemente un supermercado y nada más, en realidad es una gigantesca tienda de seis pisos que, con sus diferencias, me recordó mucho a El Corte Inglés; ya que es posible encontrar absolutamente de todo: desde ropa interior y juguetes, pasando por artículos de mercería (sedería) hasta televisores y llantas (cauchos) para el carro, además de un mega supermercado en el que pude conseguir todo lo que fui a comprar, y más.
Lo que más me asombró no fue el tamaño ni la cantidad de productos, sino que un negocio de esa magnitud estuviera enclavado en la zona no turística de la ciudad. Es decir, el target de ese establecimiento no son los turistas que disponen de dólares para gastar en caprichos, sino el panameño trabajador, de clase media y hasta baja, que probablemente se gana la vida dando lo mejor de sí mismo en una dependencia gubernamental o en una empresa, ganando menos de mil dólares al mes.
Ese hecho en particular me puso a pensar durante las cuatro horas (sí, cuatro horas) que estuvimos caminando dentro de esa tienda, y me hizo darme cuenta de lo afortunados que son los panameños, y que esa es, probablemente, una de las razones por las que tantos extranjeros venimos para acá. Porque, más allá de su tamaño, la verdad es que Panamá es un gran país y hacer mercado en Panamá es un verdadero placer.
Importante: en octubre de 2015 mi esposa y yo nos fuimos de Panamá, ahora vivimos en Madrid, y, en este artículo explico las razones por las que – en este momento – no emigraría a Panamá, te invito a leerlo antes de tomar una decisión.
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Enrique Vásquez
Para que tengan una idea de lo que les comento, las siguientes son algunas de las fotos que tomé ahí el día de hoy con mi Lumia 920 (sí, yo se que no viene al caso la marca ni modelo de teléfono con que tomé las fotos, pero me provocó ponerlo jajajaja):
Así es el Piso 1, en el que hay piñatas, cosméticos, farmacia, joyería, salón de belleza, está el departamento de atención al cliente, tarjetas, artículos religiosos, envoltura de regalos y taquillas de pago de servicios públicos y hasta una oficina bancaria.
Piso 2: Calzados, Carteras y accesorios, bebés, niños y niñas, Disney, boutique, damas, ropa juvenil, caballeros, ropa escolar, ropa deportiva y en el entrepiso consigues sábanas y mantelería.
El piso 3 es para hogar, cristalería, flores, cerámicas, esotérica (sí, artículos de brujería), instrumentos musicales, telas, sedería, audiovisión, línea blanca y electrodomésticos. En el entrepiso consigues Bicicletas y repuestos.
Llega el turno del piso 4 en el que hay útiles escolares y de oficina, librería, maletines, fotocopias, juguetería, navidad, deportes, armas y municiones (que deben estar en alguna parte parte que no vi).
Al subir al quinto piso te encontrarás con ferretería, pinturas, lámparas, repuestos para carros, duplicados de llaves y jardinería.
Igualmente en este sitio (el piso más alto) hay una cafetería en la tienen precios muy buenos y venden desde café hasta almuerzos completos. Igualmente, si necesitas ir al baño, este es el piso.
Pero lo bueno está en Planta Baja y por eso lo dejé de último, ahí es donde se encuentra el supermercado y les dejo algunas de las fotos que tomé, para que los venezolanos recuerden lo que es tener un supermercado en el que hay de todo:
Leche, que forma parte de una oferta, de hecho había una promoción de un producto de Kellogg’s que nunca vi en Venezuela y que por su compra te regalaban un litro de leche larga duración descremada extra calcio.
Productos para niños y bebés:
Leche en polvo importada y nacional, descremada, normal o deslactosada:
Vean las neveras de los quesos y embutidos, la variedad es tal que abruma:
Así es el Cheeze Whiz en Panamá:
¿Algún venezolano recuerda cuando allá se conseguía leche líquida fresca en los supermercados?
Ah, sí, queso paisa, el original, amén de otra larga variedad de quesos, jamones y embutidos para que elijas a tu gusto:
Y por supuesto, carnes, y sí, la hay preempacada y que tu agarras el número, esperas un raaaaato a que te atiendan y le dices al dependiente cuánto quieres y de qué tipo:
Y en estas últimas fotos pueden ver el exterior, una pequeña parte de lo que rodea a este Machetazo:
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
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