Son muchas las circunstancias que hoy en día motivan a personas de todas partes del mundo a emigrar. A veces toman esta difícil decisión como consecuencia de situaciones que se viven en sus países de origen, pero realmente nunca fue algo que anhelaban y no están cien por ciento preparados o no saben por dónde empezar y no saben realmente qué es lo que deben hacer antes de emigrar.
Cuando tomas la decisión de «vivir en otro país» es cuando te das cuenta de la importancia que tienen algunas cosas en tu vida cotidiana. Más allá de la familia, la trayectoria profesional, los afectos, recuerdos y aspectos indiscutiblemente significativos; me refiero más bien a esos «detalles domésticos» que forman parte de tu día a día desde hace tanto tiempo, que a veces ni siquiera piensas en ellos de forma consciente.
Si eres de esas personas que se cansó de estar en un lugar al que siente que no pertenece, pero no está muy seguro de cuáles son los primeros pasos que debe dar antes de hacer las maletas; esta información podría resultar de utilidad. Esto es lo que debes hacer:
Tener pasaporte
Ok, es muy probable que esto les parezca obvio, pero se sorprenderían de la cantidad de personas que no saben si tener este documento es realmente necesario para emigrar. Recuerden que los nacionales de los países miembros de la Unión Europea pueden viajar dentro del bloque sólo con su documento de identidad; lo mismo ocurre entre las naciones del Mercosur; por lo que es normal que se hayan generado confusiones; así que nunca está de más aclararlo.
Efectivamente, para emigrar necesitas tener un pasaporte. Sólo podrás comprar boleto y salir de tu país con un pasaporte vigente.
Recuerda que, fuera de tu país, el único documento válido ante cualquier autoridad será tu pasaporte, especialmente para trámites legales.
Elegir un país que te guste, te convenga y al que puedas irte legal
Imagina tener que salir de tu país por una situación de incertidumbre, inseguridad jurídica, alto costo de la vida y poco acceso a servicios de salud, por ejemplo; y dejar tu trabajo, tu casa y tu familia para ir a padecer exactamente lo mismo, en un lugar lejano, de costumbres desconocidas y donde no conoces a casi nadie. A eso es precisamente lo que te expones cuando eres un inmigrante ilegal.
Estar dentro de los límites de la Ley es un aspecto fundamental que te permitirá vivir y trabajar con tranquilidad, ser completamente productivo y aprovechar todos los beneficios que puede brindarte el país al que te diriges para lograr tus metas y aspiraciones.
Cada nación tiene leyes propias que regulan la obtención de un permiso de residencia y de trabajo. Cuando estés considerando opciones, lo primero que debes verificar es si cumples los requisitos exigidos por la ley.
Es común que algunas personas que viven en Europa (en España, por ejemplo) tengan la idea de que pueden emigrar a cualquier parte sin ningún problema. Esto se debe a que el sistema de la Unión Europea, como parte de los convenios de integración del viejo continente, les permite vivir de forma legal en otro país miembro sin que represente un reto legal mayúsculo.
Pero cuando un español emigra a, por ejemplo, América, debe cumplir con ciertos pasos legales (al igual que el resto de los extranjeros) e invertir cierta cantidad de dinero para poder residenciarse y trabajar. Por esa razón, no siempre el país que nos gusta es al que podemos irnos, así que es buena idea que tengas plan A, plan B, plan C y plan D.
También debes tomar en cuenta que algunos países tramitan la residencia por la embajada en tu país de origen y otros no. Infórmate de eso también.
Conocer el país elegido
Entiendo que muchas veces esto es algo difícil pero, sinceramente, lo más recomendable es que trates de viajar al menos una vez al país al que quieres emigrar, antes de tomar la decisión de irte de manera definitiva. Recuerda que no importa lo que puedas ver en fotos, videos o post sobre un lugar; la única forma de saber, o al menos tener una idea, de lo que te vas a encontrar es conociéndolo en persona, en vivo y directo. No olvides que las citas a ciegas muchas veces salen mal.
Tener el dinero
Y en la lista de cosas que probablemente hagan que muchos de ustedes se molesten conmigo por leer esto en mi blog, tenemos este requisito que permanece imbatible en los primeros lugares de la lista. Sé que es difícil pero es necesario.
Para irte a otro sitio necesitas dinero, ya que vas a requerir un sitio para vivir, comida y transporte, obviamente todo eso cuesta y al principio mientras no estés produciendo ingresos, necesitarás echar mano de tus ahorros.
Preparar los documentos
Para pedir la residencia, para estudiar, para buscar trabajo; necesitas documentos. En esta vida y en esta civilización todo está en los papeles que cargues contigo y que puedas usar para demostrar lo que dices que eres o sabes.
Cuando en tu país de origen te entregan un documento, por ejemplo el título que te acredita como profesional universitario; normalmente no necesitas hacer más nada, salvo montarlo en algún cuadro.
Cuando estás en otro país, el único documento que es válido (como dije más arriba) es tu pasaporte. Para que todos esos otros papeles que cargas siempre a cuestas sean legales debes «apostillarlos». Es decir, llevarlos al Ministerio de Relaciones Exteriores de tu país para que les pongan un sello llamado «Apostilla de La Haya», que es un convenio que suscribieron algunos países a mediados del siglo pasado para darle validez internacional de una forma relativamente simple a los documentos. Recuerda que no todos los países son firmantes de ese convenio, por lo que tienes que averiguar si tu país, y el país al que quieres irte, lo son.
Tener un plan
Recuerda que emigrar no es algo así como mudarte de casa de tu mamá en Sevilla a casa de tu tía en Madrid. Irse a otro país requiere planificación, ahorro, cuidado, organización, investigación y tiempo para prepararlo. Existen algunas personas que simplemente agarran su pasaporte, compran un boleto, se van y ¡WOW!, todo les salió bien; pero estoy seguro que de cada mil sólo una tiene ese nivel de suerte.
La mayoría de los mortales tenemos que prepararnos bien, porque emigrar significa un cambio de vida, es dejar atrás lo que conoces, enfrentarte a situaciones imprevistas y darte cuenta que muchas de las cosas que diste siempre por sentadas adquieren una nueva dimensión.
Evidentemente no puedes controlarlo todo y en cualquier plan, por muy bien hecho que esté, hay variables que pueden cambiarte todo el panorama de la noche a la mañana… pero minimizar los riesgos es parte esa responsabilidad contigo mismo, que es tan importante a la hora de convertirte en inmigrante.
No se trata de despertar una mañana pensando: «Esta decidido. En un mes me voy del país y trabajaré en cualquier cosa». El ímpetu es saludable en la medida que nos da motivación, pero si solo te dejas llevar por las ganas que tienes de irte o las terribles circunstancias del entorno-país en el que vives actualmente, podrías cometer muchos errores de planificación (¿o no es cuando estás más apurado que pareciera que todo te sale mal?). En estos casos resulta sabio hacerse eco de las palabras de Napoleón Bonaparte: «vístanme despacio, que estoy apurado».
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
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