En Panamá, los turistas pueden manejar usando la licencia de su país durante un máximo de 90 días continuos desde la última entrada al país (la fecha del sello en el pasaporte). Sin embargo cuando vienes a vivir a este país, y comienzas a tramitar tus «papeles», en el momento que te dan el carnet de residencia temporal (mejor conocido como «el carnet de migración») automáticamente dejas de ser turista y pasas a ser residente, por lo que no puedes seguir utilizando ese documento y debes obtener uno que sea emitido aquí.
Ahora bien, en este post quiero hablarles sobre el proceso que realicé para cambiar mi licencia de conducir venezolana por la de Panamá.
Lo primero es certificar la licencia en Venezuela. Esto, para ser sincero, no tengo idea de cómo se hace. Como no conozco a nadie en Caracas que pudiera dedicarse en cuerpo y alma a hacerme esta diligencia, tuve que contratar un gestor y, la verdad, ni le pregunté qué fue lo que hizo.
Sólo puedo comentarles que esta persona me pidió que le enviara por email el escaneo de la licencia por ambas caras, junto al de mi cédula de identidad venezolana.
Es importante explicar que, cuando me encontraba haciendo estas gestiones, las citas para apostillar documentos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela estaban siendo otorgadas para dentro de varios meses. En consecuencia, le pedí al gestor que la certificara en el Consulado de Panamá en Caracas, lo que en este momento es un proceso más simple y rápido que por la cancillería
Un par de semanas después me llegó por DHL un sobre que contenía un papel sellado en el que la señora «Ana del Carmen González Salazar, Gerente de Registro de Tránsito del INTT», certifica que mis datos están registrados en el Sistema Nacional de Conductores de la República Bolivariana de Venezuela.
Este documento tenía por la parte de atrás una hoja pegada (o grapada, ya no recuerdo) que corresponde a la autenticación del Consulado de Panamá en Caracas; en la que «Yolanda Alemán de Baccarani, Encargada de los Asuntos Consulares», certifica que la firma de la señora que mencioné más arriba es verdadera y correcta, con lo que se confirma su validez.
Adjunto a ese papel venía la fotocopia que se entregó en el INTT en Caracas, en la que aparecen las dos caras de mi licencia de conducir y cédula de identidad venezolanas.
Hay dos maneras de «validar» tu licencia venezolana para que puedas canjearla aquí en Panamá. La primera es apostillándola, con lo que al tenerla en la mano sólo debes ir al Sertracen a hacer los trámites.
La otra forma de hacerlo (como fue mi caso) es a través del Consulado. Si deciden hacerlo de esta manera, hay que dar un paso adicional y es legalizarla en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, para que certifique que la firma de la Encargada de Asuntos Consulares en Caracas es legítima.
Ese trámite adicional se realiza en la sede del MRE ubicada en Tumba Muerto, en el piso 1 del edificio donde está el Banco Nacional, a media cuadra del Centro Comercial El Dorado.
A esa oficina llegas con tu papel, tomas un ticket de los de color amarillo (que dicen «entregar») y cuando llamen a tu número le entregas el documento a la persona de la taquilla, quien te hará algunas preguntas sencillas (nombre, teléfono, etc.) y te dará un recibo para depositar en el Banco Nacional la cantidad de dos balboas ($2). Probablemente te diga que vayas a retirar tu documento al día siguiente (casi nunca es más de un día hábil).
Mi recomendación es que pagues los dos dólares en el Banco Nacional que está en planta baja y te olvides de eso hasta que vayas a buscarlo. Cuando eso ocurra deberás tomar nuevamente un ticket (esta vez uno de color verde) esperar tu turno y entregar el recibo del banco (son dos copias que te tocan a ti). En ese momento te devuelven tu papel y, listo, ha llegado el momento de ir a Sertracen a sacar tu nueva y flamante licencia de la República de Panamá.
Vas a necesitar lo siguiente:
· Original y fotocopia (por ambas caras) de la Licencia de Conducir venezolana (o de tu país de origen)
· Pasaporte y fotocopia de la página interna donde salen tus datos
· Original y copia del carnet de migración (debe estar vigente)
· Original de la certificación de la licencia (luego de los pasos que les expliqué antes)
· 40 dólares en efectivo
· Constancia de tu tipo de sangre emitido por un laboratorio autorizado (este requisito no es necesario si en la parte de atrás de tu licencia venezolana aparece tu tipo de sangre).
Ahora bien, si estás en Panamá con una nacionalidad diferente a la de tu licencia (por ejemplo, yo estoy acá como europeo pero los datos que aparecen en la licencia son los de mi «yo venezolano»), debes llevar original y copia de AMBOS pasaportes.
Voy a detenerme en el punto del tipaje de sangre, en caso de que te suceda lo mismo que a mí: que la licencia no lo tenía y tuve que hacerme el examen (que solo puede ser realizado por laboratorios previamente autorizados por el Sertracen). Por sugerencia de una amiga fui al Laboratorio Clínico Fernández de Paitilla, donde me costó tres dólares y me entregaron el resultado en dos horas.
Al momento de ir es importante que expliques que necesitas sólo tipaje de sangre para la licencia. Ese laboratorio tiene página web y varias sedes en Panamá (no, no te voy a dar la página web, deja la flojera y usa Google jejejeje), y vale la pena porque pregunté en otro de los autorizados y me querían cobrar 14 dólares. Así que, por razones obvias, recomiendo este.
Cuando ya tenía todos los requisitos me fui al Sertracen que queda en Plaza Carolina. Esto es en Vía España, pero casi llegando al Centro Comercial Los Pueblos. Es imposible no verlo porque el edificio es azul con blanco, bien bonito y dice en letras bien grandes «Sertracen: Centro de emisión de licencias de conducir».
¡Ojo! Esta es la única sede de Sertracen en Ciudad de Panamá que realiza el trámite de licencia por primera vez, la de Albrook no lo hace. Así que dependiendo de donde vivan, si no tienen carro, pueden pagarle unos 6 o 7 dólares al taxista o agarrar un Metrobús de los que va por Vía España hacia Tocumen y que los va a dejar al frente (de todas formas, antes de montarse, pregunten).
La entrada está por el lado derecho del edificio. Probablemente te encuentres con una fila de personas. Esa es. Llegué justo a las 11:00 de la mañana y a las 11:05 nos dejaron entrar. Había unas 20 personas en la fila de adentro esperando ser atendidas en las cuatro taquillas de información (tres para el público en general y otra para jubilados, todas estaban trabajando).
Cuando me iba acercando me di cuenta de que allí mismo sacan fotocopias. Así que si olvidaste sacársela a algún papel, puedes salir de apuros por 10 centavos cada una. Por cierto que estando allí escuché cuando le decían a una joven: «señorita, esto es glucosa, usted necesita es el tipaje de sangre», ufff, pobrecita. También me llamó la atención ver a un señor mayor que estaba en la taquilla de jubilados, informando que él quería devolver su licencia porque, en sus palabras, «ya estoy muy viejo para conducir».
Al llegar a la ventanilla saludé a la muchacha, quien por cierto lo hizo muy amablemente a pesar de que la persona que estaba atendiendo justo antes le había caído a gritos. Lamentablemente, se trataba de un compatriota venezolano (lo sé porque él tenía su pasaporte en la mano y lo vi) a quien ella le dijo que le faltaba un documento y él le respondió que vivía muy lejos para tener que devolverse a buscar un papel que ni siquiera era necesario y que él necesitaba su licencia «para ya».
Le pregunté si había algún problema por el hecho de que la nacionalidad que aparece en la licencia no es la misma que aparece en mi pasaporte. Gracias a Dios me dice que no y le entrego los dos pasaportes, la licencia venezolana, el carnet de migración y las copias. Ella los revisa, engrapa los papeles, me devuelve los originales, les pone un ticket blanco (recuerdo que me tocó el número 17), y me indica que pase a esperar que me llamen.
Al pasar al otro salón me consigo con que está lleno de gente e iban por el número 97. Sin embargo, había sitio disponible para sentarse. Esperé unos 35 minutos más o menos hasta que llegó mi turno. La otra joven que me atendió (también muy amable) se confundió un poco con lo de mi doble nacionalidad, pero luego de explicarle no hubo ningún inconveniente. Me pidió algunos datos como teléfono, dirección e información de contacto de alguna persona a quien llamar en caso de emergencia, me tomó la foto allí mismo y me dijo que me sentara nuevamente a esperar que me llamaran para el examen visual.
El examen visual es muy sencillo. Es un aparato con un visor por el que debes mirar mientras te hacen dos pruebas. La primera es que leas unas letras chiquitas que se ven a lo lejos y la segunda es que digas el significado de una señal de tránsito al azar (a mí me tocó la de «prohibido girar a la izquierda»). Si eres cegato como yo y utilizas anteojos no te los quites. Una vez más, te dicen que estés pendiente porque te volverán a llamar por tu nombre para la prueba auditiva.
Unos diez minutos después un joven abre la puerta de la sala de examen auditivo/teórico y comienza a llamar en grupos. Una vez adentro te sientas en una computadora, escribes el número de tu pasaporte y te sale una pantalla con dos flechas bastante grandes, una roja del lado derecho y una verde del lado izquierdo (la verdad no recuerdo si es así o al revés). También te piden que te coloques unos audífonos en los que están claramente identificados el del lado derecho y el del lado izquierdo.
El examen auditivo consiste en lo siguiente: Vas a escuchar una serie de sonidos, de graves hacia agudos, algunos en el oído derecho y otros en el izquierdo, y deberás hacer click en la flecha del lado que corresponda al del sonido que oyes. Dicho más sencillo, si oyes un «beeee» en tu oído izquierdo, mueves el mouse a la flecha izquierda y haces click, y así sucesivamente. Son 10 sonidos en total y es súper sencillo. Al finalizar te sale en la pantalla el mensaje «Aprobado» (claro, si lo pasaste. Imagino que si no lo apruebas, te dice «reprobado» y, bueno, ya no hace falta seguir leyendo esto).
En ese momento, la persona que está encargada de la sala del examen auditivo te dice «vaya a la caja a pagar». No te dan ningún papel ni nada. Vas a la caja, pagas tus 40 dólares en efectivo, te dan un recibo y te dicen «espere que lo llamen para entregarle la licencia». Entonces, finalmente, te sientas a esperar justo al lado de la ventanilla que dice «entrega de licencias» hasta que sucede lo más esperado del día, cuando el vidrio de la taquilla comienza a deslizarse, ves la cara de la persona que trabaja en ese departamento y la escuchas pronunciar tu nombre.
Después de un «firme aquí y aquí» de rutina, te entregan el preciado documento y la podrás manejar en Panamá de forma legal.
El tiempo total que tardé, desde el momento que comencé a hacer la fila en la puerta hasta que salí con mi licencia en la mano, fue de una hora y 45 minutos.
Importante: La licencia se vencerá el día en que se venza tu carnet de migración, y eso te lo dice la joven que te atiende en la primera ventanilla.
Una vez que tienes el carnet de residente permanente, la validez de la licencia es de cuatro años.
Importante: en octubre de 2015 mi esposa y yo nos fuimos de Panamá, ahora vivimos en Madrid, y, en este artículo explico las razones por las que – en este momento – no emigraría a Panamá, te invito a leerlo antes de tomar una decisión.
Y te invito a unirte a nuestro grupo de Facebook Inmigrantes en Madrid en el que compartimos experiencias y nos ayudamos entre todos.
Si quieres comunicarte conmigo a través de correo electrónico sólo debes escribirme a través de este formulario.
Recuerda seguirme en Instagram: @EnriqueVasquez
Y también sígueme en Twitter: @EnriqueVasquez
Enrique Vásquez
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
En nuestro despacho también ofrecemos seguros de salud, decesos, vida y mascotas. Escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
Puedes seguirme en mis redes sociales: