Si leyeron mi artículo anterior, en el que hablo sobre el paseo que hicimos mi esposa y yo hasta la ciudad de David, provincia de Chiriquí, en el extremo oeste de Panamá; podrán tener una idea de lo espectacular que es el interior de este país, de la amabilidad de su gente y de esa magia especial que rodea estas tierras. Pero todo eso se queda corto cuando decides acercarte a la zona que rodea al volcán Barú, a pocos kilómetros de la frontera con Costa Rica.
Esta es la zona donde se produce el mejor café de Panamá (y yo diría que uno de los mejores del mundo), hay muchísimas haciendas dedicadas exclusivamente a eso, pero Boquete no es únicamente café. Por su clima templado, la cercanía con el volcán y la cantidad de selva tropical que hay en sus alrededores es un sitio, por lo que pude ver, muy pero muy frecuentado por turistas americanos y europeos, tanto así que casi todos los menús de los restaurantes a los que fuimos estaban en inglés (sin opción en Español).
Esta zona se presta para hacer ecoturismo, especialmente los recorridos por el volcán Barú (que dicen está inactivo) y muchas personas también practican el avistamiento de aves, incluyendo la famosa ruta del Quetzal.
Eso sí, la oferta gastronómica y de hospedajes es inmensa, el día que llegamos almorzamos en un restaurant francés, luego tapeamos en una tasca española, cenamos pizza, y al día siguiente almorzamos en un restaurant argentino y merendamos fresas con crema y cenamos en el restaurante del hotel, una exquisita milhojas de trucha ahumada de boquete.
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Hay para todos los gustos, y para todos los bolsillos, desde simples bed and breakfast hasta hoteles que no tienen mucho que envidiarles a un cinco estrellas, como en el que nos quedamos nosotros, que está enclavado en una de las zonas más altas de Boquete, justo en las faldas del volcán en una hacienda de café. Un sitio realmente espectacular, alejados de cualquier ruido de civilización, con únicamente sonidos de la naturaleza y un espectáculo visual con la intensidad y variedad de los colores de las flores. Algo que jamás en mi vida había visto, a pesar de que crecí en una zona rural del oriente venezolano.
El clima es, para mí, el atractivo principal de Boquete. Es tan sabroso que hasta pensamos seriamente en la posibilidad de mudarnos para allá, ¿total?, las cosas son mucho más baratas que en la capital, no se necesita aire acondicionado por lo que la factura eléctrica no significa un dolor terrible a la cuenta bancaria, los alquileres cuestan la mitad que en Ciudad de Panamá y la comida es sustancialmente más económica también. Y, lo mejor de todo, también hay servicio de internet de alta velocidad y, bueno, por lo que nos contaron las personas que viven allá; muy poco hay fallas eléctricas. O sea, el lugar perfecto para vivir o para montar una posada o un restaurant, definitivamente.
Ah y, casi lo olvido, el pan en Boquete es de otro nivel. Sí, tal como lo lees, la panadería y bollería en esa zona es espectacular, de otro planeta, es ese pan estilo europeo al que estamos acostumbrados quienes venimos de Venezuela, un verdadero placer al untarle mantequilla y mojarlo en café con leche… ¡Amén!
Por cierto, si vives en Ciudad de Panamá pero quisieras algo más tranquilo, con un clima más templado, rodeado de naturaleza, sin tranques y con un costo de vida más bajo y si además de eso hablas inglés, Boquete podría ser una buena opción para ti.
Apartando lo anterior, definitivamente, Boquete es un sitio para visitar y despejar la mente, y más aún si te gusta el turismo de aventura y el frío, no lo pienses dos veces. Anímate a subir al volcán Barú (cosa que nos quedó pendiente a nosotros).
Otra ventaja competitiva de Boquete es su cercanía con la ciudad de David, con la que se comunica a través de una carretera en excelentes condiciones. En la capital de Chiriquí hay aeropuerto, cines, sucursales de muchas franquicias de restaurantes y tiendas por departamentos; así como centros comerciales con supermercados tan surtidos como los de Ciudad de Panamá (incluso hay un PriceSmart).
Así que ya lo sabes, si la gran ciudad te agobia y eres de los que prefiere el frío de la montaña, quizás debas considerar las tierras altas panameñas para residenciarte y emprender algún negocio relacionado con el turismo. Las opciones son muchas y con creatividad, responsabilidad, dedicación y empeño; podrías destacarte y alcanzar el éxito.
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Enrique Vásquez
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