La sorpresa es una emoción que recibes cuando ocurre algo que no esperabas. Precisamente al emigrar, al menos durante los primeros meses, la vida se llena de sorpresas; ya que prácticamente todo el entorno es desconocido y a cada momento vas descubriendo cosas nuevas.
Esa sensación es maravillosa y te recomiendo la vivas y atesores lo más intensamente posible porque, como ocurre con todo lo nuevo, eventualmente ese “brillo” pasa y lo que inicialmente era increíble se vuelve cotidiano y, si se lo permites, deja de ser emocionante.
Particularmente recuerdo con gran emoción lo increíble que me parecía, al principio, ver a todo el mundo con sus teléfonos, tablets, iPads, Kindle y demás cacharros electrónicos en el bus, el metro o incluso sentados en el parque con sus ordenadores portátiles tranquilamente y sin problemas de ningún tipo.
Igualmente, fue sorprendente pararme en el balcón de mi apartamento y ver a las dos de la mañana a una que otra chica caminando sola por la acera, hablando por teléfono “a todo gañote” y con evidentes síntomas de haberse tomado unas copas de más… Y lo que me generó más sorpresa fue tener la certeza que esa chica iba a llegar sana y salva a su casa.
Claro, cuando vienes de Venezuela, el tema seguridad es asombroso, pero no sólo eso. Por sólo nombrar algunas cosas que me sorprendieron positivamente en Madrid están: Su transporte público y la cantidad de información disponible del mismo, la calidad de la comida, la calidad de las cervezas, la felicidad de las personas, la velocidad del internet, la estabilidad del servicio eléctrico, la educación y calidad humana de los policías, la buena atención del personal de los supermercados, la belleza del cielo madrileño; y algo increíble: Todas las fuentes tienen agua y luz.
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También, destaco que las primeras veces que vine a Madrid, cuando estaba el ayuntamiento en manos del Partido Popular, en términos generales me sorprendió la limpieza de la ciudad… y luego cuando me mudé, también me sorprendió que estaba mucho más sucia que antes ¿tendrá algo que ver que ahora la alcaldesa es de grupos afines a Podemos?
De hecho, ahora que hablo de política, también me sorprendió muchísimo el lenguaje de respeto que muestran los políticos en España en sus debates, así como el hecho de que el Ejecutivo tenga que ir todas las semanas al Parlamento a rendir cuentas de su gestión en las llamadas “sesiones de control”.
Otra cosa sorprendente para alguien que viene de un sistema presidencial es lo maravilloso de la Monarquía Parlamentaria que existe en España, donde el Rey es el Jefe de Estado, pero en la realidad, de verdad, el poder reside en la gente ya que nunca votas directamente por un presidente, sino que lo haces por parlamentarios (tanto a nivel nacional como regional y local), y de entre ellos, luego de alianzas y acuerdos entre grupos; es que sale el poder Ejecutivo en cada nivel. Personalmente me parece mucho más democrático que el presidencialismo-caudillismo que tenemos en América.
A nivel climatológico también recibí muchas sorpresas, por ejemplo, nunca imaginé que los copos de nieve fueran tan grandes, en la TV siempre los veía pequeñitos, pero en persona son totalmente diferentes y mucho más maravillosos. Algo parecido me sucedió con el calor del verano en Madrid y Sevilla, es asombrosamente seco, tanto que es virtualmente insoportable y por fin entendí por qué la gente se muere por golpes de calor ya que es completamente distinto al calor de Venezuela.
Y bueno, no puedo dejar de recalcar que me sorprendió muchísimo el altísimo nivel de calidad humana que tienen los españoles, porque al otro lado del charco siempre los vendieron como gente seca, malhumorada, gritona e irrespetuosa; cuando, desde mi punto de vista, es todo lo contrario, debajo de esa coraza que se ponen para parecer duros, son personas con un calor humano y una disposición a ayudar, apoyar y colaborar que es difícil de encontrar. Definitivamente, estoy seguro de que ese calor humano que tenemos los venezolanos lo heredamos de ellos.
Por eso amigos, siempre recomiendo abrir la mente y el alma a las experiencias nuevas, dejarse sorprender por cada cosa que aprendes, descubres y encuentras en tu paso por este mundo y especialmente cuando emigras, deja que la vida te emocione, saca tu niño interno y asómbrate con la cantidad de cosas nuevas; porque las que mencioné en este artículo son unas poquitas de las miles que verás cuando emigres.
Enrique Vásquez
