El título de este artículo forma parte de un comentario que hizo una chica en Twitter y me llamó mucho la atención, ya que suscribo totalmente el texto. La verdad es que, en este momento, Venezuela es justamente eso, tu edificio en llamas.
Tu edificio es el sitio en el que naciste, creciste y en el que están los recuerdos, memorias, historias, alegrías y tristezas de tu vida. Por supuesto que duele, y mucho, ver como tu edificio se incendia y, peor aún, saber que no hay nada que puedas hacer. Los bomberos brillan por su ausencia y una buena parte de los vecinos continúan echándole gasolina al fuego, creyendo que sólo se quemarán aquellos que les caen mal.
Emocionalmente es muy duro sentir, aunque te niegues a reconocerlo, que ese edificio está condenado; porque nada de lo que hagas lo salvará y la única opción que te queda es huir, agarrar lo poco que puedas e irte lo más lejos posible; para salvaguardar tu vida y la de tu familia, aunque tengas que comenzar de cero porque, como dice mi padre, mientras haya vida, hay esperanza.
Personalmente, considero que la vida es en un solo sentido. No hay forma de volver atrás, por lo que el único destino que tenemos es el futuro. De nosotros depende decidir cómo queremos que sea. Podemos sentarnos a lamer nuestras heridas, deprimirnos y sentirnos miserables por lo que dejamos atrás; o tener la determinación de mirar hacia adelante y construir algo incluso mejor que aquello.
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Si ya tu hogar no existe o simplemente está en ruinas, y te fuiste huyendo de ese incendio, ha llegado la hora de dejar de pensar en ello y enfocar tus energías en lo nuevo, en este lugar en el que estás ahora y que debes convertir en tu hogar. Quizás este refugio al que llegaste es mejor que tu antigua casa, pero no te has dado la oportunidad de apreciarlo. Tal vez tengas más oportunidades aquí que las que tenías allá, pero sigues con la mente cerrada buscando algo que ya no está.
Como diría la canción: «Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida». Una buena actitud en el presente será clave para tu éxito en el futuro, aunque la migración sea tener que irse a otro sitio porque tu edificio se incendió y no hay forma de salvarlo hasta que se termine de destruir y lo vuelvan a construir. Cuando ese momento llegue decidirás qué hacer, pero por ahora, hay que seguir adelante. Adáptate y atrévete a ser feliz, porque sí se puede.
Enrique Vásquez
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
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