Muchas personas emigran en familia. Hay otros que, cuando deciden dar el salto de irse a otro país, se van solos; bien sea porque dejan a sus seres queridos temporalmente mientras ellos se van primero para ir abriendo caminos, o porque es alguien joven que aún no tiene familia (pareja e hijos) con quien emigrar.
En cualquier caso, cuando te vas sólo te vas a enfrentar a gran cantidad de situaciones totalmente nuevas y que podrían convertirse en agobiantes, abrumadoras e incluso podrían llegar a parecer más fuertes y grandes que tú.
El encontrarte, de repente, en una ciudad extraña, con gente desconocida, probablemente viviendo en una pequeña habitación en la que te sientes incómodo, trabajando en algo que no te gusta y sin el calor humano de las personas que amas; sin un abrazo de tu pareja o tus hijos o sin la comida de tu mamá, puede ser algo muy duro y difícil para la mayoría de las personas.
Manejar esto depende de cada quien, pero la mejor forma de que no te afecte tan duro, es prepararte mentalmente desde mucho antes de emigrar. Hay varios trucos para eso que pueden ayudarte a sobrellevar ese período especial de una forma más optimista y positiva:
Es algo temporal
Debes poner una fecha final, porque si no, el inconsciente se estresa más al no saber cuándo terminará este período especial. Recordemos que para nuestro cerebro la incertidumbre es muy estresante y hace que sobrevaloremos las cosas enfocándonos en lo negativo y minimizando lo positivo. Asegúrate de determinar hasta cuándo estarás así (bien sea porque viene la familia a verte o tú a ellos).
Verte con viejas amistades
Cuando llegas a otro país, lo más probable es que conozcas a muy pocas personas. Quizás allí viva uno que otro amigo de tu ciudad que emigró antes que tú y es posible que puedan verse una o dos veces, pero probablemente no más. Esas personas son muy importantes ya que pueden darte consejos valiosos sobre las diferencias substanciales que existen entre tu país y este, y esos tips pueden ser claves para entender cómo funcionan las cosas.
Ahora bien. Aquí cabe una recomendación importantísima: NO pongas tus esperanzas en esas personas para dejar de sentirte solo, ya que ellos tienen su vida y sus propios problemas aquí, y cuando eres inmigrante cualquier salida con amigos implica un gasto de tiempo o dinero que no siempre tienen.
Conocer gente local para ampliar tu círculo social
La mejor forma de combatir la sensación de soledad es conocer gente, hacer un grupo de amigos o conocidos, personas con las que conversar, tomarse algo o hasta hacer negocios.
En Madrid he descubierto que una de las mejores formas de lograr eso es en los eventos de emprendedores que hay, así como en los cursos y capacitaciones que ofrecen muchas organizaciones públicas y privadas. Lo bueno de esto es que la mayoría son de coste cero, o sea, no tienes que pagar nada para asistir y en ellas, además de conocer gente, es posible que hagas negocios o incluso hasta consigas empleo, más allá de aprender y de conocer más sobre el país y la sociedad en la que estás viviendo.
Recordar siempre por qué lo haces
Cuando uno emigra lo hace por una razón, por un motivo de peso, porque sólo algo muy importante puede llevar a una persona a dejar atrás todo lo conocido para lanzarse en un acto de fe a un lugar nuevo en el que no conoces a nadie y a bajar drásticamente su nivel de vida. Porque nadie se siente feliz teniendo que, por ejemplo, abandonar su apartamento con todas las comodidades para irse a una habitación a estar incómodo pasando frío… o calor.
Así que, lo mejor es que anotes en un papel grande (y lo pegues en la pared donde puedas verlo todos los días) el principal motivo por el que has decidido hacer lo que estás haciendo.
También es bueno que tengas escrito en algún sitio, de forma detallada y explícita todas las razones por las que emigraste, no importa lo insignificante que parezca, escríbelo y tenlo siempre a mano para que, cuando te sientas mal, lo leas y recuerdes el por qué estás haciendo ese esfuerzo.
Apoyo de la familia
Este es uno de los más importantes y aquí es donde la tecnología viene a echarte una mano. Gracias a herramientas como WhatsApp, Skype, Facebook, entre otras, puedes mantenerte en comunicación constante con tu familia y, por el otro lado, es también determinante contar con el apoyo de ellos y que te den ánimos para que tus ganas de seguir luchando se mantengan, a pesar de las adversidades.
Esto es particularmente importante cuando emigras como “punta de lanza” para preparar el terreno y que tu familia (pareja e hijos) puedan venirse después. Así que contar con su apoyo, así sea a la distancia, es determinante para el éxito de tu emigración y de que puedas sobrellevar los momentos álgidos y las situaciones adversas que se te van a presentar.
En resumen, emigrar no es fácil, y si lo haces sólo, bueno, se pone más cuesta arriba aún. Hay muchos momentos que pueden ser muy duros, especialmente cuando no consigues empleo o pasas por situaciones adversas (de esas que nos ocurren a todos en algún momento).
Antes de emigrar visualiza todo lo que te podría suceder y de qué maneras podrías solventar. Haz un plan, cíñete a él y ten mucha fe en ti, en tus capacidades y en que las cosas saldrán bien. Trabaja en función a lograr tus objetivos sin desviarte y sin dejarte arrastrar por la dinámica del día a día. Porque sí se pueden lograr, sí es posible emigrar y tener éxito al hacerlo. Además, vale la pena.
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
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