Encerrados en casa, día 42: Hoy es viernes y al cuerpo no le importa - Enrique Vásquez

Encerrados en casa, día 42: Hoy es viernes y al cuerpo no le importa

Día 42 de confinamiento. Hoy es viernes y antes el cuerpo lo sabía, pero a nadie le importa ya, porque todos los días son prácticamente iguales.

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Hoy comenzaré hablando de una noticia que me impactó muchísimo. Resulta que hay un pastor evangélico de Estados Unidos que pidió a sus fieles (gente muy pobre, por cierto), que le donen a su iglesia los cheques que les mandó el Gobierno de ese país, para ayudar a los misioneros de dicha iglesia.

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Esto definitivamente lleva a un nuevo nivel el famoso “diezmo” que se aplica en el culto protestante y muchas personas lo han calificado de querer “hacer negocios” a costa de la pandemia; porque sinceramente ¿cuál es la necesidad de aprovecharse así de la gente?

Ojo, no tengo nada en contra de las iglesias, porque de hecho yo mismo soy creyente. Podría autocalificarme de “católico no practicante”. Es decir, de esos que creemos en Dios y en la Iglesia Católica, pero que sólo vamos a misa cuando hay un bautizo, un funeral o un matrimonio.

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Sin embargo, una cosa es ser creyente y otra es permitir que se aprovechen de tu nobleza con motivos económicos, especialmente de una forma tan descarada.

Por su parte, el “puño de hierro” del Gobierno en el manejo de la pandemia ha salido a relucir hoy nuevamente, cuando varios presidentes regionales han comenzado a planificar la “desescalada” del confinamiento y el ministro de Sanidad, Salvado Illa, los ha parado en seco al asegurar este viernes que será el Gobierno central quien dirigirá dichos procesos de desescalada.

Además, Illa advirtió que no está previsto que se vayan a producir de forma inmediata más medidas de alivio, como la de dejar salir a los menores de 14 años. Que, por ahora, todo seguirá igual, confinamiento total.

Por su parte, el control absoluto sobre toda la población mundial ya tiene fecha, según Reuters, será el próximo 28 de abril cuando entre en funcionamiento la iniciativa de Apple y Google para detectar el historial de contacto con personas que padezcan el Covid-19.

Nos dicen que esta app será anónima y segura, que funcionará por Bluetooth y que no mandará información a los servidores de estas empresas, pero ¿cómo creerles? Me parece que esta será la estocada final a la poca privacidad que nos quedaba en este mundo hiperconectado.

Es que de este mundo de control absoluto por parte de empresas y gobiernos no se escapa nadie. Por ejemplo, en Panamá, el metro pondrá cámaras infrarrojas para saber si alguien tiene fiebre y así descartarle (o confirmarle) el Covid-19, pero sus planes van mucho más allá.

Al parecer tienen la intención, en una segunda etapa, de poner cámaras con capacidad de identificación facial, para cruzarlo con los números de cédula y domicilio de las personas y así poder ir a su casa a buscarlos en caso de que se detecte que tienen fiebre o que aparecen en las bases de datos de contagiados… ¿para qué otras cosas se podrá usar esa tecnología? No quiero ni imaginarlo porque me da terror.

Mientras tanto, también en el continente americano, hoy Trump se encargó de darle la razón a todos los que lo llaman “loco”, “demente” y cosas similares; al afirmar que se puede tratar el coronavirus inyectándole “desinfectante” o “luz solar” a la gente contagiada… no sé si es que los medios han interpretado o traducido mal lo que él ha dicho, o es que simplemente tuvo un “lapsus” (recordemos que la teoría del “lapsus” puede ser perfectamente usada para eximir de responsabilidades a los políticos cuando dicen una burrada).

Por su parte, Telegram alcanza los 400 millones de usuarios, es la app más descargada en 20 país y se suscriben a ella al menos 1,5 millones de personas cada día. Quizás en parte es por las opciones y capacidades que tiene, entre ellas la de crear grupos de más de 256 personas (que es el tope que permite WhatsApp) y los canales de difusión, como el nuestro de Inmigrantes en Madrid, al que te invito a suscribirte.

Enhorabuena a Telegram. Ojalá siga creciendo porque está bien el WhatsApp, pero a veces la diversificación es necesaria, porque recordemos que tanto Instagram como WhatsApp son propiedad de Facebook, así que salir un poco de su círculo, no es malo.

Además, ya Facebook comentó hoy que nuevamente tiene planes de enlazar las cuentas de sus usuarios en la red social con las de WhatsApp para mostrar publicidad en la app de mensajería, creo que esa sería otra razón de peso para acelerar la migración a Telegram.

Y en la misma onda de redes sociales, la censura extrema llega a Twitter, quien ha dicho que eliminará tweets que contravengan las indicaciones de las autoridades sobre el coronavirus. Es decir que, si esta norma hubiera estado en vigencia a principios de marzo, todo aquel tweet que hubiese dicho que estábamos al borde de una pandemia y que usaran mascarillas, habría sido borrado por la red social. En fin, esta situación ha servido para redimensionar el acceso a la información y que vuelva a ser controlada. Se acabó la era dorada de la libertad en internet.

En fin, mañana 25 de abril cumplo años, y voy a ser uno de esos “privilegiados” que celebrarán su cumpleaños en cuarentena. Menos mal que no lleve a cabo la idea que tenía a principios de enero de hacer una celebración por todo lo alto, algo grandioso, magnífico, fantástico, con decenas de personas, porque habría sido un poco frustrante. Más de lo que va a ser. Aunque sí espero pasarlo de lo mejor, con mi esposa, en casa, disfrutando de un sábado de confinamiento. Igual, tanto hoy como mañana estaré en vivo en mi programa en vivo de YouTube, los espero.