Hoy leí un tweet en el que decían que emigrar no es fácil, porque todo inmigrante debe ajustarse a costumbres, modos y forma de vida del país al cual que se fueron, cosa que no todos los que emigran logran, y es por que eso hay muchas personas que terminan emigrando de país en país sin hallarse a gusto en ningún sitio y fracasando en todos lados, incluso en su país de origen.
Este es el tema que quiero abordar en este artículo: ¿por qué muchos inmigrantes fracasan en su adaptación y qué pueden hacer para lograr esa adaptación y por fin ser felices y triunfar tanto personal como profesionalmente en el país al que se fueron? Para ello, me basaré en mi propia experiencia como inmigrante y en la de otras personas que he conocido a lo largo de mi trayectoria primero en los dos años que viví en Panamá y ahora en los casi siete que tengo en España.
Lo primero que hay que entender es que emigrar implica un cambio radical en todos los aspectos de la vida: el idioma, la cultura, el clima, el trabajo, las relaciones sociales, etc. Todo esto supone un desafío y una oportunidad de crecimiento personal, pero también puede generar estrés, frustración, soledad y depresión.
Muchos inmigrantes llegan al país de destino con expectativas muy altas o poco realistas, creyendo que todo será fácil y que encontrarán rápidamente un buen empleo, una vivienda cómoda y una red de apoyo. Sin embargo, la realidad suele ser muy diferente y se enfrentan a múltiples obstáculos y dificultades que les llevan a pensar que quizás hicieron mal al emigrar y que estarían mejor en su país de origen o en otro país diferente.
Cuando emigré a Panamá los principales problemas que tuve fueron lidiar con la terrible xenobofia que hay en ese país, además de las limitaciones legales para poder trabajar y ejercer ciertas profesiones que tienen los extranjeros, además del alto costo de la vida y de lo insoportable del clima. Eso, sumado a otros inconvenientes ya a título más personal, nos llevaron a devolvernos a Venezuela y a considerar ese proceso migratorio como «fracasado», si bien siempre digo que gracias al aprendizaje y a las experiencias que tuvimos en Panamá, logramos en España tener el éxito que estamos teniendo en este momento.
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Problemas más comunes que afectan a los inmigrantes
- Los problemas para la homologación de sus títulos universitarios en cuanto a tiempos y requisitos, lo que hace que tengan que aceptar trabajos por debajo de su cualificación o incluso tener que estudiar nuevamente, como hice yo, que estudié en España desde cero.
- La discriminación o el racismo por parte de algunos sectores de la sociedad, que les hacen sentir rechazados o inferiores, esto sucede más en Hispanoamérica y Estados Unidos, porque en España el racismo y la discriminación por tu origen es algo mínimo y residual.
- Los problemas para aprender el idioma o para comunicarse con fluidez, lo que les impide acceder a mejores oportunidades laborales o sociales, esto también ocurre mucho en Estados Unidos, aunque en España podría pasar en las comunidades autónomas bilingües como Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Galicia o País Vasco.
- La Nostalgia por su país de origen, su familia y sus amigos, lo que les genera una sensación de pérdida y vacío.
- La falta de integración en la cultura local, lo que les hace sentirse aislados o incomprendidos.
- Los tiempos de espera para obtener el permiso de trabajo, especialmente si son solicitantes de asilo y por consiguiente los problemas para trabajar en negro, especialmente en España.
Cuando les toca vivir algunas de estas situaciones, muchos inmigrantes optan por renunciar y regresar a su país de origen, o deciden buscar otro destino donde creen que tendrán más suerte. Sin embargo, esta no suele ser la mejor opción, porque es importante recordar que un proceso migratorio saludable y exitoso se construye lentamente, sentando unas bases sólidas y normalmente suele tardar entre tres y cinco años.
Por eso, lo ideal es tomar conciencia de que la situación en el país al que se emigró puede mejorar pero que hay que poner de su parte para lograrlo, aquí te dejo seis estrategias que pueden ayudarte a sentirte mejor y más integrado en el país al que has decidido emigrar:
1. Informarse bien sobre el país de destino
Informarse bien sobre el país de destino antes de emigrar, buscar entender sus leyes, su sistema educativo, su mercado laboral, su cultura y sus costumbres. Esto puede evitar sorpresas desagradables y prepararte mejor para enfrentar los retos que se te presenten. Esto nos faltó en Panamá, porque en el momento que nos fuimos nos deslumbramos con los aspectos positivos y no tomamos en cuenta los negativos.
2. Aprender el idioma
Aprender el idioma del país de destino lo antes posible y practicarlo con frecuencia. El idioma es la llave para acceder a todos los ámbitos de la vida y para relacionarse con los demás. Además, aprender un idioma nuevo puede ser divertido y enriquecedor.
3. Crear una red de contactos
Buscar apoyo en otras personas que hayan pasado por la misma situación o que compartan intereses comunes. Los inmigrantes pueden encontrar ayuda en organizaciones locales, grupos religiosos, asociaciones culturales o clubes deportivos. También pueden hacer amigos entre los nativos del país o entre otros inmigrantes de diferentes orígenes. Lo importante es no aislarse ni encerrarse en sí mismo, ni tampoco quedarse encerrado en el «gueto» de su país, es muy importante relacionarse con nativos de ese país.
4. Mantener el contacto con tu gente
Mantener el contacto con su país de origen, su familia y sus amigos. Gracias a las nuevas tecnologías, los inmigrantes pueden comunicarse fácilmente con sus seres queridos y mantenerse al día de lo que ocurre en su lugar de procedencia. Esto puede aliviar la nostalgia y reforzar la identidad. Difícil lo tuvo mi abuela cuando emigró en los años 50, que sólo podía comunicarse con su familia por carta y aún así siguió adelante.
5. Respetar y apreciar el país que te acogió
Respetar y valorar la cultura del país de destino, pero sin renunciar a la propia. Los inmigrantes pueden aprender mucho de la diversidad cultural y beneficiarse de ella. Al mismo tiempo, pueden conservar sus tradiciones, su idioma y sus creencias. Lo ideal es lograr un equilibrio entre la asimilación y la diferenciación.
6. Tener actitud positiva
Tener una actitud positiva y proactiva ante los problemas. Los inmigrantes deben ser conscientes de que emigrar es una decisión valiente y una oportunidad única de crecer como personas. En lugar de lamentarse por lo que dejaron atrás o por lo que no consiguen, deben enfocarse en lo que tienen y en lo que pueden lograr. También deben buscar soluciones creativas y buscar ayuda cuando sea necesario.
Por todo lo anterior, emigrar NO es fácil, pero tampoco es imposible. Con esfuerzo, paciencia y perseverancia, puedes integrarte, formar parte, amar y triunfar en el país al que has emigrado, así como alcanzar tus metas personales y profesionales. Lo más importante es no perder la esperanza ni la ilusión por vivir esa vida que sabes que te mereces, por tener es calidad de vida y esas perspectivas de futuro que te dan tranquilidad y seguridad para el resto de tu vida, de tener todas esas cosas que tu país de origen no te da y que el país de acogida sí.
