En Venezuela, querer no es poder, siempre algo te impide surgir

En Venezuela, querer no es poder, siempre algo te impide surgir

Sin dejar de tener razón, desde su muy particular punto de vista, muchos venezolanos siguen pensando que Venezuela es un país en el que vale la pena vivir y echar para adelante. Sin embargo, ese país pujante que en el pasado fue sinónimo de oportunidades y bienestar para propios y foráneos; se ha convertido en un territorio hostil, donde «querer» no necesariamente significa «poder».

20160331_171435

Pongámonos en contexto: En la mayoría de los países del mundo con economías normales, es posible que una persona que trabaje legal y honradamente, ganando un poco más de sueldo mínimo, tenga la posibilidad de comprarse una vivienda y un automóvil.

Por ejemplo, acá en Madrid es posible ver a muchas personas que con un empleo “normal” son capaces de viajar, comer, tomarse sus cervezas los fines de semana y salir de paseo.

Claro está. No estoy diciendo que puede pagar de contado un apartamento de 80 metros cuadrados, de tres habitaciones y dos baños, en una de las zonas «pijas» de la ciudad. Tampoco presumo que ande por la calle en una camioneta Toyota último modelo.

Pero, arropándose hasta donde le alcance la cobija, un ciudadano de clase media (incluso media-baja) puede, con sus limitados ingresos, hacerse de una casa pequeña en las afueras de la ciudad y hasta un carro económico, de esos muy sencillitos, pero que será suyo y podrá pagarlo por partes sin que eso signifique dejar de comer o de vestirse.

Suscríbete a mi canal de Telegram "Enrique Vásquez Extranjería" para que estés al día con toda la información migratoria, vídeos, noticias y más.

En Venezuela, por el contrario, a menos que tengas una gran empresa consolidada que tiene años funcionando, o un negocio familiar heredado que todavía se mantiene gracias a las ganancias e inversiones que se hicieron hace varias generaciones, o seas tracalero, o medio mafioso; es IMPOSIBLE que un cristiano que quiera ganarse la vida con un salario, pueda pagar un techo propio y comprarse un vehículo decente.

20160322_165939

Es que un profesional venezolano que gane diez veces el salario mínimo, esforzándose y dando lo mejor de sí mismo en un cargo público o una empresa privada; probablemente no puede darse el lujo de llevar a sus hijos al cine una vez al mes.

Ni hablar de la posibilidad de irse de vacaciones a los tepuyes, las playas, los médanos, los ríos, las cuevas, las llanuras, los cayos, los picos nevados o cualquier otro sitio de la hermosa geografía venezolana; donde viajar de mochilero/aventurero es tentar a la delincuencia más cruel y violenta, mientras que hacerlo con comodidades/seguridad implica la venta de un riñón para poder pagarlo.

Lo decía Napoleón Bonaparte: «la habilidad es de poca importancia sin oportunidad», por eso tantos médicos, ingenieros, periodistas, veterinarios, abogados, profesores, atletas, artistas venezolanos han emigrado; y con su talento contribuyen al crecimiento de países que les dieron algo que no pudo darles el suyo, por más que se esforzaran en conseguirlo: una oportunidad.

Es por eso mismo que tantos países se están llenando de venezolanos que emigran con su título bajo el brazo, por ejemplo, aquí en Madrid, cada día es más común escuchar nuestro característico acento acompañado de un “chamo” o un “maricooooo”, porque para nadie es un secreto que una buena parte de los venezolanos que tenemos nacionalidad española o de algún país de la Unión Europea nos estamos mudando a Madrid o a otras ciudades de España a vivir legalmente.

20160318_161905

Y «una oportunidad» no es un golpe de suerte que te convierte en millonario o un negocio súper rentable en que invertiste en el momento justo, como si fuera una lotería. La oportunidad de la que hablo es la de trabajar honradamente, de vivir con tranquilidad en una sociedad con un mínimo de buenos valores, de seguridad personal, de respeto por la condición humana. Me refiero a la oportunidad de compartir con tu familia un placer sencillo y cotidiano como un café con leche por las tardes; sin tener que recurrir a la mafia del azúcar, el bachaquero de la leche y hacer tres horas de cola por un café.

Si sientes que por más que luchas y te empeñas, cada día es más difícil alcanzar tus sueños… Si nadas contra la corriente, cada vez con más fuerza, y al levantar la mirada te das cuenta que en vez de avanzar lo que haces es retroceder… Emigra.

Lo lamento, y sé que es duro de aceptar, pero si eres una persona honesta, alguien normal con la respetable aspiración tener un empleo digno, trabajar y vivir su vida en paz, pues, siento mucho informarte que Venezuela no es el país en el que debes vivir. Si puedes, vete. Comienza a investigar, busca un país que te guste y en el que puedas estar legal en el corto plazo y sin gastar enormes cantidades de dinero y sal lo más rápido que puedas para que comiences a vivir y a recorrer el camino hacia tu felicidad. De corazón se los digo, ser feliz y vivir tranquilo ¡vale la pena!

Recuerda seguirme en Instagram: @EnriqueVasquez

Te invito a suscribirte a mi canal de YouTube

También sígueme en mi Página de Facebook: SinDiferencia

Enrique Vásquez