Me ha llamado poderosamente la atención la reacción que ha tenido el video que publiqué hace unos días, en el que indicaba que nos vamos de Panamá; ya que, a pesar de que no hay ningún tipo de ofensa ni menosprecio hacia ese país, ha recibido una cantidad de comentarios bien interesantes por parte de panameños.
Yo sé que muchos panameños tienen cierta animadversión por los venezolanos, de hecho, fui víctima en varias oportunidades de xenofobia mientras vivía en el Istmo. Es más, una de esas ocasiones realmente fue terrorífica para mi esposa y para mí, pero este artículo no es para hablar de eso, ya habrá tiempo para conversar sobre esa situación que me vino a la mente a raíz de estos comentarios que han dejado en el video.
Lo más que me llama la atención es la carga de odio y resentimiento que se puede leer en los mismos. Es casi cómico, porque me da risa que les molesta que un venezolano vaya a Panamá, les calienta que un venezolano viva en Panamá, pero pareciera que lo más les cabrea es que un venezolano se vaya de Panamá.
El punto es que, lo que quiero es poner en evidencia algo que está ocurriendo LUEGO que nos fuimos de Panamá, y que he decidido compartirlo así como eventualmente iré hablando de muchos aspectos negativos de Panamá que cuando estaba allá obviaba, pues cuando uno está enfocado en algo, en lograr un objetivo; no le presta atención a las cosas malas. Sin embargo, en el momento que tu realidad cambia, ya no hay necesidad de hacer caso omiso a eso y es allí donde te planteas compartirlo con todos, cosa que estoy haciendo en este momento.
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Quizás muchos venezolanos me critiquen diciéndome cosas como “pero cuando vivías aquí Panamá era un paraíso y ahora que te vas sí dices cosas malas”, por supuesto, como dije más arriba, estábamos tan enfocados en construir algo en ese país, en hacer del istmo nuestro hogar que descartábamos las cosas negativas, pero ya en este momento no tengo razones para hacerlo, así que, no las obvio sino que las hago públicas, no veo nada de malo en eso, es algo natural y normal.
Y a los amigos panameños les digo, esa no es la forma de pedir respeto, porque el respeto no se exige, se gana y les aseguro que a través de insultos no van a conseguir ningún tipo de respeto, más allá de que sea su país o no, cada día hay más venezolanos en Panamá y no somos nosotros los culpables de eso, son sus leyes las que lo permiten, así que en vez de insultar a los extranjeros, procuren cambiar las normas que invitan a todos los extranjeros a ir a Panamá, porque si las puertas no estuvieran abiertas de par en par con un aviso de neón diciendo “vengan todos, aquí la pasarán bien”, nadie iría… como en Corea del Norte, por ejemplo.
Vean los comentarios que he recibido en el video hasta este momento y saquen ustedes sus conclusiones:
Enrique Vásquez.
