Sí es posible comenzar de cero y lograr los sueños (esta es mi historia)

Sí es posible comenzar de cero y lograr los sueños (esta es mi historia)

A principios del año 2010 mi vida personal estaba pasando por «un bache». Por esas cosas de la vida que a veces nos toca pasar, me encontré a mí mismo viviendo en un anexo en un pueblo del centro de Venezuela, económicamente muy limitado y agotando esfuerzos por sobrevivir emocionalmente a una relación que no se caracterizaba precisamente por ser de las mejores que he tenido.

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Por aquellos días me desempeñaba como profesor de un instituto tecnológico y mi ingreso mensual apenas alcanzaba para lo mínimo necesario. Vivía en, lo que puede calificarse como estado de pobreza y sinceramente no era una situación agradable ni me sentía cómodo estando en ese estado tan precario en el que ni ir al cine podía porque no me alcanzaba el dinero para ello.

Después de cinco años de decadencia, en los que sentía que mi vida iba de mal en peor, finalmente llegué «al llegadero». Tomé la decisión de romper con todo lo negativo y pernicioso que tenía en mi vida, por lo que agarré mi ropa, mi computadora, mi carro y tomé rumbo a Puerto La Cruz.

Al llegar me tocó regresar a casa de mi abuela. Así mismo. A la edad que ya tenía regresé a esa habitación en la que transcurrió mi adolescencia, con la única perspectiva de tener que «empezar desde cero» y sin conocer a nadie; pues luego de tantos años fuera de mi tierra había perdido los contactos y ya no tenía a prácticamente nadie conocido.

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Por supuesto, no tenía trabajo, ni ingresos económicos de ningún tipo. Incluso, llegué al extremo de tener que pedirle plata a mi papá, algo que tenía más de 20 años sin haber hecho.

Básicamente el único «activo» que poseía en ese momento eran unos ocho mil seguidores en Twitter. Así que, un poco obligado por la situación, decidí ingeniármelas y buscar la forma de crear algo que me permitiera ofrecer algo positivo e interesante a ese pequeño universo de personas y, al mismo tiempo, salir del foso económico en el que me encontraba.

A pesar de las circunstancias, me sentía optimista. Constantemente recordaba que, aunque en la vida es inevitable caer, lo importante es levantarse y volverse a levantar las veces que haga falta. Fue entonces como, un buen día, con la ayuda de varios amigos, organicé un evento llamado «TwittOriente», que era una reunión mensual de usuarios de Twitter en la que ayudamos a que muchísima gente se conociera y pasara del mundo virtual al conocerse personalmente e interactuar en el mundo real.

De hecho, de esos encuentros salieron amistades tan sólidas que, por ejemplo, una gran amiga que siempre me prestó apoyo incondicional para que los eventos fueran exitosos, fue la misma persona que (junto a su futuro esposo) me abrió las puertas de su casa aquí en Madrid durante mis primeras semanas como inmigrante en la capital española; un gesto por el que siempre estaré más que agradecido.

Del TwittOriente (que nunca generó rédito económico alguno) quedaron muchos recuerdos muy buenos que todavía me llenan de satisfacción, pero después de un tiempo el evento fue perdiendo fuerza ya que su organización todos los meses nos exigía cada vez más tiempo y dinero (que no teníamos). 20160725_123450

Unos días antes del primer evento había comenzado a salir con María José (mi actual esposa) y año y medio después vio la luz una idea que se me ocurrió para generar ingresos, y que era la unión perfecta entre su profesión de periodista y mi afición por el Internet. Este «hijo digital» se llama LeaNoticias.com y fue la base de todo lo que ocurrió después.

Nos tomó más de un año consolidar la página y tardó más de seis meses tener tráfico considerable proveniente de Google, pero logramos obtener suficientes ingresos por publicidad con múltiples clientes en Venezuela y fuera de ella. Fue así como, a finales de 2012, y gracias a la página, logramos comprar nuestro primer apartamento. Y digo «primer» porque ni María José ni yo, habíamos tenido nunca un inmueble propio; así que estábamos muy contentos de haberlo logrado juntos.

Ese fue nuestro primer gran éxito, y fue posible gracias a la constancia, perseverancia, trabajo duro, fe en nosotros mismos y en la suma de nuestras capacidades (porque sin el apoyo de ella, jamás hubiese llevado a cabo esas ideas que para mucha gente eran una locura).

Para finales de 2013, logramos hacer realidad nuestro otro sueño, que era viajar al exterior. Esa era otra tarea que teníamos pendiente porque para ese momento ninguno de los dos había salido del país. Hoy en día, gracias al trabajo constante pero optimista, gracias a la dedicación sin descanso día tras día y gracias a la convicción de que sí podíamos hacerlo; hemos tenido la oportunidad de visitar juntos nueve países (todavía nos gustaría poder conocer muchos más) y hasta vivimos casi dos años en Panamá.

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La experiencia en el país centroamericano casi acabó con todos nuestros ahorros y ahora, que llega el momento de emigrar a España, prácticamente tenemos que empezar desde cero nuevamente; pero me siento más optimista que nunca porque estoy seguro que cuando se tiene la determinación de hacer la cosas y se trabaja sin descanso para lograrlo; los resultados se consiguen. En esta oportunidad tenemos mucha más experiencia, conocimientos y, por supuesto, una base más sólida que, Dios mediante, nos permitirá construir nuestro futuro aquí o en cualquier otro lugar del mundo.

Si me he decidido a compartir en este blog una historia tan personal, es porque quiero dar fe con este testimonio de cómo la constancia y la actitud positiva es determinante para el logro de las metas y los sueños. Si en algún momento sienten que todo está en su contra, que están en un laberinto sin salida, que su vida es miserable (como en algún momento del pasado me llegué a sentir); recuerden que siempre es posible cambiar el chip, buscar otro enfoque, concentrarse en las soluciones (y no en los problemas), empezar desde cero e ir construyendo el camino que queremos andar.

De nada sirve darse por vencido. Siempre se puede salir adelante. No importa lo bajo que estés, nada es imposible. Lo único que tienes que hacer es usar tu inteligencia, ser creativo, proponerte lograr cosas que nadie más ha hecho, tener constancia, empeño, dedicación y, sobre todo, rodearte de personas que te apoyen y que crean en ti, aunque inicialmente no entiendan mucho tus ideas.

En tan sólo seis años logré cosas que antes me parecían imposibles, y todo fue gracias al cambio de mentalidad, a enfocarme en los resultados, a nunca decir «no puedo», a pensar en que sí es posible y buscar la forma de lograrlo y hacerlo realidad. Y hoy, aunque aún me falta mucho por alcanzar y sigo teniendo sueños que cumplir; sí puedo asegurar que, aunque haya pasado por un bache, más importante que ponerse de pie es tener la determinación y volver a levantarte cada vez que caes. ¡Ánimo que sí se puede! ¡Tú tienes el poder de hacer tus sueños realidad!

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Enrique Vásquez