Hace un par de días, uno de esos en los que el invierno dice “aquí estoy, por si no me habían visto”, con mucho frío y con una tenue pero incesante nevada sobre Madrid (de esas que sólo ocurren cada varios años); publiqué en mi Instagram la imagen que pueden ver en este enlace.
Entre los comentarios estaba el de una chica que me planteó esta pregunta: “¿cómo decidiste vivir en Madrid y no quedarte en Tenerife, por ejemplo, o en otra ciudad?; ¿cómo saber qué ciudad escoger para empezar de cero?”.
Elegir el sitio correcto para emigrar es mucho más difícil que elegir la pareja correcta para pasar el resto de la vida. Imagínate, si lo segundo ya es complicado, ¿qué te puedo decir de lo primero?
Tras dos migraciones completamente distintas, he descubierto que las apariencias engañan y lo que a simple vista luce más sencillo no es necesariamente así cuando nos enfrentamos a la realidad.
La primera vez que emigramos nos fuimos a un sitio geográficamente cercano, en el que vivían muchos amigos, que estaba a dos horas en avión de casa, con clima parecido al nuestro, y una cultura, supuestamente, parecida. Este país parecía tener los brazos abiertos y daba la impresión de que estaba dispuesto a recibirnos para que colaboráramos en su crecimiento y desarrollo; ya que en ese momento los venezolanos que emigrábamos lo hacíamos con algo de capital o con profesiones, estudios y tesón de emprendedores.
Al final, resultó que el sitio que parecía ser el ideal, pues, fue la representación perfecta de “pueblo chiquito, infierno grande”. A pesar de ser la capital y la ciudad más grande “y abierta” de ese país, era un lugar de gente obtusa, cerrada, xenofóbica, malintencionada, dañina y en el que iba a ser imposible sentirse a gusto.
Tras varios ataques xenofóbicos y cosas como, por ejemplo, que le negaran el permiso de trabajo a María José (después que habían dicho que sí se lo darían); decidimos devolvernos a Venezuela para recuperar fuerzas e irnos nuevamente, pues siempre tuvimos claro que, en la Venezuela actual, no queremos vivir.
Luego, cambiamos el paradigma y decidimos evitar lo fácil y optar por lo que debe ser. Nos olvidamos de si teníamos amigos o no, de si era cerca o no, de si el clima o la cultura serían parecidas o no. Nos quitamos el pijama emocional y nos pusimos el traje del pragmatismo para analizar y preguntarnos ¿qué queríamos en la vida?… ¿Un sitio cerca de Venezuela para mantenernos amarrados, aunque eso significara mantener el sufrimiento?… ¿un lugar que nos ofreciera oportunidades y posibilidades de crecimiento a corto, mediano y largo plazo?… ¿un país en el que pudiésemos tener asegurada una vejez digna sin importar nuestra clase social?
Al final, y luego de descartar otras opciones de América Latina (entre ellas Santiago de Chile), y tomando en cuenta que tengo nacionalidad de un país europeo (española para más señas); decidimos por la opción más sensata: emigrar a Europa. Luego, teníamos que tomar la decisión de cuál país / ciudad.
Elegir la nueva ciudad nos tomó más tiempo. Teníamos ante nosotros 28 países a los que podíamos mudarnos e infinitas ciudades entre las que elegir, por lo que la decisión no fue nada fácil. Al final quedaron dos finalistas: Londres y Madrid.
Las dos son ciudades grandes, muy grandes. Londres es la primera de Europa en población y Madrid es la tercera. Londres quedó descartada luego del Brexit así que Madrid fue la ganadora.
La principal razón para quedarnos en Madrid se resume en la palabra: OPORTUNIDADES. Obviamente, mientras más grande es la ciudad, más posibilidades hay de conseguir empleo, de emprender, de “resolver” como decimos en Venezuela o de “buscarte la vida” como dicen acá en España.
Claro que, también, mientras más grande es la ciudad, su costo de vida es más alto; pero la posibilidad de obtener ingresos es mayor. Por eso nosotros elegimos pagar más, pero tener la oportunidad de ganar más, a diferencia de lo que habría ocurrido en un pueblo pequeño.
Mi consejo: Si vas a emigrar con intenciones de buscar empleo o emprender, mientras más grande la ciudad, mejor. Por eso, en mi opinión, de España, Madrid es la mejor.
Enrique Vásquez
Recuerda, mi nombre es Enrique Vásquez y soy abogado de extranjería estudiado y colegiado en España, para información migratoria escríbenos a www.yoemigro.com/contactanos.
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