Probablemente muchos de ustedes, con tan solo leer el título, ya comenzarán a decir que lo único que hago es hablar mal del país que me vio nacer y crecer. La verdad es que, desde mi punto de vista; no estoy hablando mal de ese país porque la Venezuela en la que nací y crecí, dejó de existir hace mucho tiempo.
Es por eso que desde hace un buen tiempo soy de la opinión de que, si usted tiene la posibilidad de irse de Venezuela, hágalo sin mirar atrás. Es algo así como saltar de un barco que se hunde. No se abandona el barco porque seas una rata o un bicho, sino porque quieres salvar tu vida. Sólo hay dos tipos de personas que se quedarían en el barco mientras se hunde: Los que tienen miedo de coger un bote salvavidas o los que creen que podrán sacar algún beneficio del hundimiento. Por cierto, estos últimos son los que se pondrán a decirle a los demás que no se vayan, porque “las crisis representan oportunidades que hay que aprovechar”.
Con esto trato de decir que no hay que sentirse mal por querer emigrar ni mucho menos por hacerlo, porque simplemente estás buscando una vida mejor, que a estas alturas es imposible de conseguir en tu país. Dado que, a medida que el tiempo pasa, no existen salidas ni perspectivas de cambio en el corto ni mediano plazo; y sin importar lo que hayamos hecho y luchado durante 18 años para lograr el cambio, lo único que hacemos es hundirnos más, pues, en mi opinión, en Venezuela ya no vale la pena quedarse.
Y se los digo como un inmigrante venezolano en Madrid que soy. Ya que me mudé a esta ciudad hace algunos meses y el cambio en la calidad del vida de Madrid con respecto a Puerto La Cruz es del cielo a la tierra, por supuesto, el hecho de que también soy español ayuda, pero al final del día, hay muchísimos países a los que los venezolanos pueden emigrar aunque no tengan nacionalidad de un país europeo.
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Y si te pones a ver ¿de quiénes son las voces que dicen que te quedes? Por un lado, de empresarios interesados en que sigas trabajando para ellos o comprándoles sus productos; por el otro, de políticos interesados en que los continúes manteniendo en sus cargos mientras te hacen creer que están luchando por un cambio; o de personajes que, mientras viajan por el mundo haciendo negocios o dando sus conferencias, shows y, por supuesto, cobrando en divisas; te dicen que te quedes en Venezuela (ganando en bolívares) porque es tu país y debes creer en él.
Obviamente entiendo que no todos los venezolanos de bien tienen los recursos ni las oportunidades para emigrar, incluso sé que muchos ni siquiera quieren hacerlo, pero, como yo lo veo; Venezuela entró en una nueva etapa de la que será muy difícil salir. Para lograr que las cosas mejoren hace falta un cambio de paradigma y de mentalidad que, por un buen rato, a mi parecer, no se dará.
Así que, insisto y te invito a la reflexión: si ya perdiste 18 años de tu vida con este gobierno, ¿cuántos más quieres perder?, ¿crees que tus hijos merecen nacer, crecer y vivir en la Venezuela actual?, ¿consideras que es la calidad de vida que tú y tu familia merecen?, ¿eres feliz en esa situación?
No es fácil, pero sí es posible lograr una vida mejor y más tranquila en otro país. Si no me creen, pregúntenle a los casi 250 millones de inmigrantes que hay en este momento en diferentes países del mundo. La mayoría son felices y se sienten a gusto en el país al que emigraron, y si no se han devuelto es porque consiguieron una calidad de vida muy superior al sitio que dejaron atrás.
Sí vale la pena irse a otro lugar para vivir mejor y para ser feliz. No más creer en los pajaritos preñados de los que hablan empresarios y políticos interesados en que seas miserable. Toma las riendas de tu vida y elige dónde quieres estar y cómo quieres estar. La decisión es tuya y de nadie más.
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Enrique Vásquez
