Sin lugar a dudas, Venezuela es uno de los países más espectaculares del mundo, y no se trata únicamente de la calidad de su gente, sino también de su clima; es uno de los pocos en los que se pueden encontrar prácticamente todos los tipos de clima, desde selva tropical, pasando por playas paradisíacas, desiertos y picos que permanecen nevados todo el año; eso sin contar con la cantidad increíble de recursos naturales que tiene, porque la verdad es que Dios fue muy esplendido con nosotros.
Sin embargo, en los nueve meses que tengo en España, he conocido ya algunas ciudades y pueblos de este país que me han enamorarme y sentirme muy a gusto y en casa.
Digamos que, si comparamos es como el vivir en casa de tu mamá y el enamorarte y casarte; Venezuela es la casa de mi madre, donde siempre tendré mi habitación y me encantará su olor, su comida y todo lo que representa, pero España, en este momento es como cuando encuentras a esa persona que llamas “el amor de tu vida”, con la que comienzas a salir, primero tímidamente, luego con algo de confianza, pasado un tiempo se dan cuenta que están enamorados y deciden ponerse a vivir juntos.
Para mí, España representa ese ambiente especial, relajado, de emociones, de seguridad y de futuro que significa tener una relación con alguien especial, porque aunque sigas amando a tu madre y a tu padre y ellos a ti, porque su lazo jamás podrá ser destruido, porque su sangre corre por tus venas y viceversa y que el amor perdurará por siempre más allá de que tu hayas hecho lo que dicta la vida, enamorarte y formar tu propia familia.
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Nunca dejaré de sentir lo que siento por Venezuela porque es mi país, es la tierra que me vio nacer y crecer, es mi esencia, pero en este momento siento que mi futuro está en España y nótese que no hablo de Madrid en específico, sino en España como un todo, porque hasta ahora, estoy como cuando comencé a salir con la mujer que actualmente es mi esposa, cada día más feliz a su lado.
Sinceramente, así como nunca debes decir nunca y tampoco debes escupir hacia arriba, en la actualidad, aunque Venezuela cambie, la probabilidad de que regrese es baja, así como no quisiera en este momento tener que volver a meterme a vivir en mi habitación de cuando era adolescente, siento que mi futuro no está en Venezuela, que está más allá de nuestras fronteras, que quisiera seguir conociendo el mundo, vivir en una ciudad o en un país diferente cada dos o tres años.
Mientras más conozco el mundo, más quiero seguir conociendo, más me apetece descubrir nuevas culturas, entender cómo funcionan y cómo piensan otras sociedades, porque, aunque parezca mentira, mientras más conozco del mundo, más quiero descubrir, menos ganas tengo de quedarme estático en un solo sitio, siento que eso de amarrarme a un lugar, definitivamente, no es lo mío.
Como dije más arriba, Venezuela será siempre mi hogar, mi vida, de una u otra forma, siempre girará en torno a ese paraíso ubicado al norte del sur, sin embargo, aunque pasaré de visita una que otra vez, mi futuro, al menos en este momento, lo veo lejos de sus fronteras, por ahora, quiero recorrer toda España, porque hasta este momento y esperando que no me decepcione, mientras más la conozco, más me enamora.
Enrique Vásquez
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